Ciudad de México, 19 mar (EFE). El apoyo logístico aéreo resulta decisivo a la hora de hacer frente a desastres humanitarios, destacaron este jueves en Ciudad de México representantes de Unicef, la agencia de Naciones Unidas encargada de proteger los derechos de todos los niños, especialmente de los más desfavorecidos.
Un ejemplo de ello, señaló el organismo de la ONU, fue la llegada de ayuda vía aérea a finales de octubre pasado, cuando el huracán Otis asoló el balneario turístico de Acapulco y otras localidades del estado de Guerrero, en el sureste de México, causando 50 muertos, 30 desaparecidos y daños materiales por valor de 16.000 de dólares, según el balance oficial.
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“Estas alianzas son fundamentales para restablecer todos los servicios”, señaló la especialista en Educación en Emergencias de Unicef México, Letizia Sozzi, durante un conversatorio celebrado este jueves en Ciudad de México.
La colaboración entre Unicef y la aerolínea Iberia permitió la llegada de material humanitario desde España, explicó la directora de Sostenibilidad de la compañía aérea, Teresa Parejo.
“Además, la propia sociedad civil y las administraciones en España también se movilizan en estas situaciones”, añadió, pues más allá de la carga requerida por Unicef, Iberia trasladó instrumentos y recursos.
Las grandes aeronaves “son capaces de llevar rápidamente” el material necesario en caso de emergencia, como por ejemplo tiendas multiusos, garrafones de agua o filtros de purificación.
El año pasado Iberia y Unicef firmaron un acuerdo para el envío anticipado de material humanitario a Panamá, desde donde se distribuye al resto de la región en caso de emergencia.
En situaciones de catástrofe, la llegada de Unicef y otras agencias y organizaciones no gubernamentales (ONG) a los lugares afectados es “fundamental” para atender las necesidades y brindar los servicios necesarios a la ciudadanía, sobre todo a los más jóvenes, afectados “tanto desde el punto de vista físico como socioemocional”, detalló Sozzi.
“Los niños que pierden sus casas y redes de apoyo, pueden tener riesgos muy grandes tanto de abandono escolar, como de abuso o explotación sexual”, detalló.
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Los retos ante una emergencia humanitaria
Por otra parte, la representante de Unicef relató que, ante una emergencia humanitaria, el primer reto que afrontan las organizaciones es “ir a terreno para identificar” dónde están las necesidades de la población y qué servicios y comunidades están más afectados.
En el caso del huracán Otis, los daños ocasionados en las carreteras dificultaron el acceso a los municipios, y la población estuvo incomunicada durante varios días.
“Unicef tiene toda una estructura para la respuesta, pero también, para nuestro personal, poder llegar y establecer un ‘hub’ de trabajo cuando no hay esa infraestructura también es complicado”, expuso.
En esta fase, Sozzi subrayó la importancia de la coordinación entre organizaciones para distribuir el material humanitario en función de las necesidades de cada zona y para evitar problemas de carencia o de exceso.
El mecanismo, organizado en grupos de trabajo, se puso en marcha en el caso de Otis, cuando Unicef detectó “comunidades ya vulnerables” antes del desastre, en las que ya había carencias de suministros básicos.
Parejo detalló cómo opera la colaboración entre Unicef e Iberia, establecida en 2013. “Hay un bloque de microdonativos” que aportan los clientes y que ya suman 1,5 millones de euros (unos 1.63 millones de dólares), y otro es la propia compañía, “que presta sus aviones para acudir a situaciones de emergencia”, explicó.