El regreso a la rutina después de las vacaciones puede convertirse en un desafío que, en algunos casos, desencadena el síndrome postvacacional, un conjunto de síntomas físicos y emocionales que afectan a quienes retoman sus actividades tras un período de descanso.

¿Qué es el síndrome postvacacional?

Aunque no es considerado un trastorno psicológico según el DSM-5, el síndrome postvacacional puede generar molestias como:

  • Físicas: Dificultad para dormir, dolores de cabeza y cansancio generalizado.
  • Emocionales: Irritabilidad, desmotivación y sensación de vacío por la pérdida de tiempo de calidad con familiares y amigos.
  • Cognitivas: Problemas de concentración y tendencia a procrastinar.

Estos síntomas, según Diana Castañeda, docente de psicología del Politécnico Grancolombiano, impactan el desempeño laboral y académico, reduciendo la productividad e incrementando la probabilidad de conflictos interpersonales.

Cinco estrategias prácticas para adaptarse a la rutina

Castañeda comparte cinco recomendaciones para facilitar la transición al entorno laboral o académico:

  1. Disfrute los momentos presentes: Aproveche las actividades de ocio antes de retomar las responsabilidades. Desconectar es esencial para recargar energía.
  2. Genere una rutina progresiva: Introduzca los hábitos diarios de forma gradual, estableciendo bloques de actividades para facilitar la adaptación.
  3. Establezca metas realistas: Priorice tareas sencillas para evitar la procrastinación y defina objetivos alcanzables.
  4. Planifique con anticipación: Retome horarios regulares de sueño y alimentación antes de finalizar las vacaciones. Organice su agenda y prepare materiales para el regreso.
  5. Practique el agradecimiento y el autocuidado: Enfóquese en los aspectos positivos del cambio. Reserve tiempo para actividades que le brinden bienestar personal.

El regreso como oportunidad

Castañeda enfatiza que las emociones negativas tras las vacaciones suelen estar relacionadas con factores no resueltos en los entornos laborales o académicos. Sin embargo, con una actitud positiva y estrategias prácticas, el regreso a la rutina puede convertirse en una oportunidad para establecer hábitos saludables y retomar las actividades con energía renovada.