La Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria) prevé que la economía colombiana crezca un 1,8% este año y un 3,2% en 2025. Sin embargo, en un informe, destaca varios riesgos que podrían dificultar la consolidación de la recuperación económica del país.
A nivel internacional, el gremio señala que la menor tracción de potencias económicas como Estados Unidos y China podría afectar el crecimiento económico de Colombia, especialmente en las exportaciones. No obstante, agrega que el reciente comportamiento de la economía estadounidense, las expectativas de lograr un «soft landing» y el margen de maniobra de la Reserva Federal para seguir reduciendo las tasas de interés podrían mitigar los efectos de dicha desaceleración.
A esto se suma la incertidumbre generada por los conflictos geopolíticos en Ucrania y el Medio Oriente, la crisis política en Venezuela y las tensiones entre Estados Unidos y China en vísperas de un cambio de gobierno, ya que estos factores tienen el potencial de causar, como se ha visto, disrupciones en las cadenas de suministro e incentivar el proteccionismo.
El informe subraya que “a nivel local persiste la incertidumbre en el ámbito fiscal, tanto en el corto como en el largo plazo. Al respecto, cabe señalar que, pese a los anuncios del Gobierno sobre recortes al gasto público para este año con el fin de cumplir con la regla fiscal, el presupuesto presentado para 2025 muestra que el nivel de gasto del GNC como porcentaje del PIB se mantendrá en niveles similares a los observados en 2020, lo que mantendrá el déficit por encima de 5.0% del PIB. Así las cosas, se requerirán de esfuerzos adicionales para incrementar los ingresos tributarios y evaluar la eficiencia del gasto para mantener el déficit acotado y cumplir con las metas de la regla fiscal. Es claro que estas presiones condicionarán la posibilidad de implementar reducciones a la tasa del impuesto de renta corporativa, como se mencionó”.
El documento también advierte que será necesario monitorear las iniciativas legislativas en materia económica, ya que sus consecuencias, incluso si no son las previstas, podrían afectar la reactivación económica y la confianza empresarial. Añade que: “por ello, desde la banca reiteramos nuestra disposición a seguir trabajando junto al Gobierno y el sector privado para alcanzar consensos respecto a los lineamientos de las reformas estructurales que requiere el país”.