Hace unos meses, un informe de JP Morgan preocupó a los inversionistas al señalar que el mercado accionario colombiano podría ser excluido del índice MSCI de mercados emergentes y degradado a mercado frontera.
En el informe más reciente de Banca & Economía de Asobancaria, se explica claramente qué significa el término ‘mercado frontera’ y cuáles serían las implicaciones para Colombia si su mercado de capitales fuera reclasificado en esta categoría.
Concepto de mercado frontera:
Asobancaria explica que el término ‘mercado frontera’ fue empleado por primera vez por la economista india Farida Khambata para describir un conjunto de naciones cuyo nivel de desarrollo era bajo, pero que compartían características similares, suficientes para potencialmente ser consideradas economías emergentes en caso de continuar avanzando de manera óptima. Actualmente, se utiliza esta expresión para referirse a países cuya base de crecimiento son los bajos costos laborales y la abundancia de recursos naturales.
Desde la perspectiva económica, un país se considera mercado frontera si su economía es significativamente inestable, el acceso a los mercados es restringido, posee bajos niveles de liquidez y sufre grandes fluctuaciones monetarias. Esta clasificación es la más baja de las tres posibles que realiza el índice MSCI para los mercados de capitales de varios países en todo el mundo, teniendo en cuenta su tamaño y desarrollo.
Mercado de capitales colombiano
El informe elaborado por el gremio de los bancos señala que desde 2013 ha habido un declive importante en el mercado de capitales colombiano. «“La evolución de la capitalización bursátil y el número de empresas listadas es un claro reflejo de esta realidad. Al corte de 2022, en Colombia la capitalización bursátil alcanzó 22,7% del PIB mientras que en el 2012 bordeaba el 70,7%. Por su parte, el número de empresas listadas en bolsa en 2013 era de 72 mientras que en agosto 2023 solo habían 63», según el informe.
La Asociación indica que la baja profundidad del mercado ha generado una menor liquidez, lo que a su vez ha reducido el interés de los inversionistas por participar en él. “Contar con pocos inversionistas implica que sea poco atractivo para nuevos emisores. Esta situación es el reflejo de un bajo nivel de desarrollo que impone la necesidad de realizar esfuerzos más concretos en materia de educación financiera”, dice el Banca & Economía.
Implicaciones de una reclasificación como mercado frontera:
Según Asobancaria, la reclasificación hacia un nivel inferior conlleva una disminución en el índice MSCI; sin embargo, los efectos a corto plazo sobre los precios tienden a disiparse en el período de un año. De hecho, se observa que la rentabilidad total promedio de los activos disminuye en un 9,2% entre los dos días posteriores al anuncio de la reclasificación y los dos días previos a su entrada en vigor debido a las presiones de venta.
“En cuanto a las consecuencias que tiene para un país ser catalogado como mercado frontera y los riesgos que conlleva invertir en él, Oey, P. (2014)21 concluye que estos tienen características favorables de inversión y ofrecen el potencial de tener mayores retornos en el mediano plazo. Por esta razón, son muy atractivos para los inversores con una tolerancia al riesgo un poco mayor a la media, pues la exposición al invertir allí es significativa ya que son mercados que tienden a ser bastante ilíquidos. A pesar de que los mercados frontera representan un segmento pequeño del universo de inversión global, varios estudios concluyen que el interés en estos mercados ha ido aumentando a medida que los inversores buscan mejores oportunidades de crecimiento y nuevas formas de diversificar sus carteras”, señala.
Además, se detalla que en el caso de Colombia, una reclasificación como mercado frontera podría tener una serie de efectos, según estimaciones de la Bolsa de Valores de Colombia (BVC), que incluyen: ser asociado con países que tienen malas calificaciones en riesgo de crédito, un mayor default spread y una mayor prima de riesgo, lo que podría llevar a la salida de inversionistas; la atracción de flujos de inversión con apetito de riesgo y la salida de flujos de capital extranjero, lo que podría generar una desvalorización en el ahorro pensional, una caída en la confianza de consumidores y empresarios, así como un contagio a la deuda pública.
El gremio concluye que Colombia tiene hasta marzo de 2024 para cumplir con los requisitos de liquidez establecidos para mantener su estatus como mercado emergente.