Olivia Gimeno, de seis años, murió a causa de un edema agudo de pulmón, según la autopsia del cuerpo encontrado en el fondo del océano Atlántico. Sin embargo, la acumulación del líquido en los pulmones podría producirse por otras causas, no solo por ahogamiento sino a causa de una sobredosis de ansiolíticos, suponen los medios.
Sin embargo, aún faltan los resultados de los análisis toxicológicos, biológicos e histopatológicos, apunta el auto de la magistrada del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 3 de Güímar, que determinarán si la menor fue sedada antes de ser arrojada al mar.
La investigación cree que el 27 de abril Tomás, de 37 años, acordó con su exesposa Beatriz pasar la tarde con las niñas. Las recogió hacia las 17:00 horas. Después dejó a la menor, Anna, de un año, en la casa de sus padres, y llevó a Olivia a clases de tenis. Mientras la niña estaba en clase, acudió hasta la Marina de Santa Cruz para probar el motor de su barco. Luego, regresó con Olivia a casa de sus padres para pasar otro rato ahí.
Cerca de las 19:30 llegó a su casa con las hijas. Presuntamente ahí mató a las niñas, las envolvió en las toallas y las introdujo en bolsas de basura que metió en bolsas de deporte.
Cerca de las 21:00 con su carga aterradora pasó por la casa de sus padres dejando a escondidas a su perro, dos tarjetas de crédito con sus claves y dos juegos de llaves de un Alfa Romeo. Media hora más tarde Tomás regresó a la Marina donde tuvo que realizar tres viajes desde el coche hasta su barco para llevar distintos objetos, entre los que estaban las bolsas presuntamente con los cuerpos de las niñas.
Finalmente, a las 21:40 horas zarpó con la embarcación.
Beatriz le llamó varias veces preguntando por las niñas. Sin embargo, el hombre le contestó que ya no iba a ver ni a las niñas ni a él, que se iba con ellas y que iba a empezar una nueva vida.
Hacia las 22:30 horas, en una zona alejada de la costa, Tomás arrojó al mar las bolsas de deporte que contenían el cuerpo sin vida de Olivia y supuestamente el de Anna. Ambas bolsas fueron amarradas al ancla de la embarcación con una cadena y un cabo.
Después llamó otra vez a Beatriz, tras lo cual su teléfono se quedó sin batería. Entonces el hombre regresó a la costa para comprar un cargador, cigarros y una botella de agua. Cerca de las 2:00 de la noche habló por última vez con Beatriz, despidiéndose definitivamente. Además, mandó varios mensajes de despedida a sus amigos y a su padre.
Su barco vacío fue localizado el día siguiente a la deriva en el mar. En esta zona se encontró el cuerpo de Olivia el 10 de junio. La otra bolsa estaba vacía y todas las sospechas apuntan a que ahí estaba Anna, aunque todavía no hay rastro de ella.
Además, a la misma profundidad un barco oceanográfico encontró un edredón y una botella de oxígeno pertenecientes a Tomás Gimeno. La investigación cree que el padre, cuyo paradero sigue siendo desconocido, se lastró también al fondo del mar atado a un peso de plomo de ocho kilos.
La jueza ha pedido orden internacional para la detención de Tomás Gimeno por la presunta comisión de dos delitos agravados de homicidio y uno contra la integridad moral en el ámbito de la violencia de género.