En su más reciente columna de opinión para La República, el presidente de Asobancaria, Jonathan Malagón, destacó que los datos de inflación del mes de julio confirmaron que las presiones alcistas continuaron cediendo. La inflación anual alcanzó 11,8%, nivel inferior al máximo registrado en marzo (13,3%), y la inflación sin alimentos bordeó 11,4%, una cifra menor a la observada en el pico de junio (11,62%). Sin embargo, Malagón resaltó que entre los analistas quedó un sabor agridulce asociado al hecho que el cambio anual en los precios superó ampliamente la expectativa (11,6%).
El alza observada se vio explicada por el comportamiento de los precios del sector transporte (1,07%), a su vez influenciado por el incremento en los precios de los combustibles de 4,8% frente al mes anterior, así como por la inflación para los rubros de restaurantes (0,68%) y alojamiento (0,62%).
Agregó que estas presiones inflacionarias no las presenta únicamente la economía colombiana. En Estados Unidos el registro de la inflación subyacente de julio alcanzó el 4,7% anual, nivel aun lejano de la meta, lo que ha llevado a pensar que los choques de oferta y de demanda en los frentes externo y local, que impulsaron los precios al alza durante el último año, no se han diluido totalmente e incluso podrían acentuarse debido a factores climáticos.
Así las cosas, plantea que la Junta Directiva del Banco de la República (BR) se enfrenta a grandes disyuntivas teniendo en cuenta que, a la vez que procura anclar las expectativas inflacionarias, deberá hacer frente al proceso de desaceleración económica del cual vienen dando cuenta en los últimos meses los indicadores líderes sectoriales.
El líder gremial señala que el banco central colombiano deberá continuar haciendo el análisis riguroso del comportamiento de los precios, así como de la dinámica de la economía, con el fin de determinar cuál será la senda adecuada de recortes de tasa interés consistente con una reducción en la inflación. En este sentido, y teniendo en cuenta lo observado en julio, el mercado hoy espera que los recortes sean graduales y se den en el último trimestre del año, siguiendo así la postura que han tomado otros bancos centrales de la región.
“Entretanto, el BR podrá contribuir a atenuar los efectos de la desaceleración económica por medio de medidas que busquen mantener la liquidez y la irrigación del crédito a las empresas y los hogares, más cuando en los últimos meses se han observado presiones en este frente. Por ello, cabe mencionar la pertinencia de generar repos garantizados con cartera de largo plazo (6,12 y 18 meses) como se hizo al inicio de la pandemia, habilitar repos para TES con clasificación hasta el vencimiento, pues actualmente estos solo se permiten para las inversiones forzosas, permitir a los inversores Offshore comprar en el mercado primario CDTs a los bancos del sistema, y realizar compras de dólares en el mercado spot acompañada de ventas en el mercado de derivados. La implementación de estas medidas no solo es viable, sino que también va en línea con la reciente decisión del emisor de impulsar la liquidez por medio de la realización de subastas de repos a 90 y 180 días a lo largo de agosto. Mantener la liquidez en el mercado es hoy un imperativo para la sana dinámica económica y el necesario impulso de la demanda interna en un entorno tan enrarecido y desafiante como el actual”, concluyó Malagón.