Este mes de octubre se conmemoran 22 años de la Operación Orión, un oscuro episodio en la historia reciente de Medellín que, a pesar del tiempo transcurrido, sigue siendo una herida abierta para muchos de los habitantes de la Comuna 13. Sin embargo, a pesar de la importancia de esta fecha, sorprende que el actual alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, no haya hecho mención alguna sobre este trágico suceso en sus redes sociales, donde se le conoce por su constante actividad, especialmente en la plataforma X (anteriormente Twitter).

La Operación Orión, que tuvo lugar entre el 16 y 19 de octubre de 2002, fue un operativo militar llevado a cabo en la Comuna 13 de Medellín bajo el gobierno de Álvaro Uribe Vélez. El objetivo principal era desalojar a las guerrillas urbanas y a otros grupos armados ilegales que operaban en la zona. Sin embargo, lo que se presentó como un esfuerzo para recuperar el control del territorio se tradujo en graves violaciones a los derechos humanos, marcando un punto negro en la historia del país. Durante los tres días que duró la operación, cientos de personas fueron detenidas, muchas de ellas desaparecidas, y la colaboración de grupos paramilitares con las fuerzas del Estado quedó en evidencia.

La posición del alcalde Gutiérrez, como indican sus críticos, parece estar alineada con el desconocimiento o la minimización de los crímenes cometidos durante este tipo de operativos. Para muchos, el silencio frente a la Operación Orión no es solo un olvido casual, sino una muestra de una postura política que evita señalar la complicidad del Estado con los paramilitares en ese entonces. Es por esto que, en un contexto donde las víctimas aún exigen justicia y verdad, la falta de mención por parte de una figura pública como Gutiérrez genera cuestionamientos y descontento entre la ciudadanía.

A dos décadas de este operativo, la Operación Orión sigue siendo un tema crucial en el debate sobre memoria, verdad y reparación en Colombia. Las secuelas de aquellos días aún se sienten en la Comuna 13, donde las familias de las víctimas continúan exigiendo respuestas, mientras que la sociedad no olvida los crímenes de Estado que marcaron esta operación.