El narcotráfico, una de las problemáticas más arraigadas en Latinoamérica, no solo ha transformado la economía y las instituciones de la región, sino que también ha redefinido el papel de las mujeres en esta economía ilegal.
Mujeres en el narcotráfico: Entre la pobreza y la exclusión
Según una investigación liderada por Jaime Andrés Wilches, docente del Politécnico Grancolombiano, las mujeres enfrentan condiciones de pobreza extrema y exclusión social que las empujan hacia economías ilegales. Por cada 100 hombres en situación de pobreza, hay 117 mujeres en las mismas condiciones.
La falta de empleos dignos y la ausencia de políticas públicas efectivas convierten al narcotráfico en una opción aparentemente viable, pero con un alto costo: mayores riesgos y vulnerabilidad.
Hallazgos clave del estudio
La investigación de Wilches y su equipo revela tres factores que perpetúan la participación femenina en el narcotráfico:
- El narcotráfico como «empleador»:
Esta economía ilegal actúa como una alternativa para las mujeres en busca de estabilidad económica. Sin embargo, perpetúa roles de género desiguales, colocando a las mujeres en oficios de alto riesgo y baja protección. - Roles femeninos fundamentales:
Contrario a la imagen sexualizada y secundaria promovida por los medios, las mujeres desempeñan roles esenciales en toda la cadena logística, desde la producción hasta la distribución y el lavado de dinero. - Mayor exposición y judicialización:
Más del 60% de las mujeres en cárceles latinoamericanas está recluida por delitos no violentos relacionados con el narcotráfico. Estas cifras muestran que las mujeres suelen ocupar roles visibles, lo que las hace más propensas a ser capturadas y judicializadas.
Una solución que trasciende la persecución
“El narcotráfico es un reflejo de la ausencia del Estado y de un sistema que sigue relegando a las mujeres a la pobreza y la exclusión”, explica Wilches.
El estudio enfatiza que la solución no se limita a reforzar las acciones judiciales, sino que requiere políticas públicas inclusivas que garanticen oportunidades laborales para las mujeres, especialmente en regiones marginadas.
Reflexión final
El narcotráfico ofrece a las mujeres una aparente estabilidad que el Estado no ha logrado garantizar. Sin embargo, perpetúa un ciclo de pobreza, violencia y desigualdad. Transformar esta realidad exige un esfuerzo conjunto de las instituciones para desarrollar alternativas legales y justas que permitan a las mujeres salir de esta economía ilegal.