#OPINIÓN
La bloguera de la Revista Semana, quien se autodenomina periodista, ha mantenido una agenda política clara en sus columnas de opinión, orientada a criticar a sus opositores y, al parecer, a los de Vicky Dávila, hoy candidata presidencial.
Julia Correa incluso hizo parte del equipo de empalme del alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez. Lo hizo siendo columnista de Semana y, desde el espacio que le da la revista, masacra a los opositores de quien sería su aliado político, el burgomaestre de la ciudad, Federico Gutiérrez, de quien se rumora es el “alcalde paseador”.
Correa fue candidata al Senado, donde se pagó una quemada monumental, y se reencauchó con ropajes de periodista independiente. Durante meses, ha publicado contenido político que se alinea con el Uribismo y el Fiquismo, una vergüenza que lo haga desde el periodismo.
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Su discurso mediático no es transparente con el lector y, en nuestra opinión, lo hace en favor de sus aliados políticos, engañando incautos y cazando votos. Sin duda, corrió la línea ética.
Un ejemplo de esta falta de objetividad se dio justo el mismo día en que se conoció la candidatura presidencial de Vicky Dávila. Correa, su colaboradora cercana, publicó un video en el que critica al exalcalde de Medellín, Daniel Quintero, quien también es candidato presidencial.
Este ataque directo a un oponente de Dávila podría interpretarse como una maniobra para favorecer a su jefa, cuestionando la imparcialidad de la Revista Semana y de su contenido periodístico. ¿Está Correa utilizando su espacio en el medio para allanar el camino hacia la presidencia de Dávila?
“Ella nunca va a cuestionar al Uribismo o a ninguno de sus candidatos, es súper sesgada”, nos cuentan los colegas de Revista Semana, algunos con temor de ser despedidos. Vale la pena preguntarse si Correa seguirá utilizando el título de periodista para hacer política o, como hizo su jefa, ¿renunciará para lanzarse nuevamente al Congreso de la República?
No se puede olvidar que Daniel Quintero y otros líderes de distintos sectores políticos esperan llegar a la Casa de Nariño. Ya viene siendo hora de que Julia Correa sea clara.
En nuestra opinión, desde su llegada a Semana, ha engañado al elector y al lector. Su contenido está lleno de elogios a Álvaro Uribe y en ataques a sus opositores en Medellín. Eso no es periodismo, sino activismo político camuflado.
Editorial Nación Paisa