Ángela Benedetti, la hermana del embajador de Colombia ante la FAO, Armando Benedetti, ha vuelto a ser noticia por estos días al lanzar pullas a la primera dama de la nación y esposa del presidente de la República, Gustavo Petro.
Benedetti, la ex concejala de Bogotá y hermana del actual embajador de Colombia ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Armando Benedetti, en su perfil de X cuestionó recientemente acerca del paradero de la primera dama de la nación Verónica Alcocer, quien ha sido objeto de comentarios por sus pocas apariciones al lado del jefe de Estado en los últimos meses. Es de anotar que, al menos en lo que va del 2024, las apariciones de la primera dama en eventos del Estado son menores en contraste con el primer año de mandato. La última vez que se vio a Alcocer con Petro fue en el evento público de la inauguración de los Juegos Olímpicos 2024 en París (Francia). La más reciente aparición de la primera dama de la nación fue el pasado 23 de octubre, cuando tuvo un breve encuentro con el papa Francisco en Roma. En esta oportunidad, la esposa de Petro le entregó una medalla al papa Francisco como un mensaje del pueblo colombiano, al tiempo que participó en el rezo del Ángelus, en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
Sobre esta aparición de la primera dama, Benedetti afirmó con puyas: “El sueño de Verónica Alcocer era hacerse rica, la conocí pobre y entonces irse a vivir a Italia. Hace rato que no sabemos nada de nuestra Primera Dama. Señor presidente @petrogustavo ¿’Vero’ ya está viviendo en Italia?”, afirmó la política costeña, quien también llama la atención que después de hacer campaña para el presidente, se convirtió en una de sus más acérrimas críticas. Ha crecido tanto desde su trinchera y burladero que ya los medios de comunicación la consideran como aliada de los más fuertes contradictores del primer mandatario. Otros ya piensan que hace parte del Centro Democrático.
Pero el tema a colación no es la primera dama y sus pocos registros al lado del mandatario de los colombianos. Al fin de cuentas, los temas de pareja se tratan en casa y es problema de ellos. El personaje de esta nota es Ángela Benedetti, una “angelita”, que de personajes con alas no tiene nada y transmite con sus hechos como política que ha sido una “diablilla”. En especial por sus comportamientos y su censurado proceder. Benedetti es abogada de profesión de la Universidad Sergio Arboleda y especializada en mercadeo estratégico del Colegio de Estudios Superiores de Administración. Arropada por ese vínculo familiar con Armando, se desempeñó en distintos cargos en el Estado. Fue asesora de la Secretaría General de la Personería de Bogotá entre 2001 y 2002; asesora de la dirección de la Comisión Nacional de Televisión entre 2002 y 2003; también fue asesora de la presidencia de la EPS Saludcoop entre 2004 y 2006. Fue concejal de Bogotá en el periodo 2008-2011 por el partido liberal, proceso en el cual apoyó al fallecido ex alcalde, Samuel Moreno Rojas.
Posteriormente, Benedetti fue embajadora de Colombia en Panamá entre 2012 y 2018, durante el gobierno de Juan Manuel Santos, de quien su hermano fue aliado político. Armando Benedetti la llevó allí para salvarla de los escándalos que la perseguían durante su paso como cabildante, recinto en el cual brilló por su ausencia, cero debates y trabajo en los temas de interés para los bogotanos.
Los escándalos empezaron cuando varios personajes involucrados en el “Carrusel de la contratación” salpicaron a la entonces embajadora. Los primeros que la comprometieron fueron Alejandro Botero (testigo del caso) y Julio Gómez (contratista de los Nule). Este último afirmó que le había dado a Ángela Benedetti 250 millones de pesos. Este señalamiento se refería a la época en que Ángela Benedetti ejercía como concejala de Bogotá (2007-2011). Botero, testigo de la Fiscalía en el proceso, aseguró dentro de la investigación que «el excontratista Julio Gómez le entregó a Ángela Benedetti 250 millones de pesos (…) para beneficiar la contratación en Bogotá». Sobre estos hechos, en noviembre de 2017, la Fiscalía General de la Nación decidió abrir una línea de investigación a la entonces embajadora en Panamá por estar presuntamente involucrada en el carrusel de contratación.
Otra versión que la comprometió fue durante una audiencia que se llevó a cabo en los juzgados de Paloquemao, en donde el exalcalde de Bogotá Samuel Moreno afirmó que llevaba 7 años detenido, “mientras que la mujer que cuadró el desayuno (Ángela Benedetti) entre el contralor Miguel Ángel Moralesrussi y los primos Nule sigue sin ser procesada y está de embajadora en Panamá”.
En esa audiencia fue citado también como testigo en el caso Alejandro Botero, quien dijo que Benedetti «recibió 250 millones de pesos del contratista Julio Gómez y no está respondiendo ante la justicia”.
La exconcejala se defendió en su momento ante las acusaciones y reconoció que, en efecto, citó a los Nule y a Moralesrussi, pero que lo hizo de buena fe a petición de Guido Nule, un amigo de infancia, y que no sabía qué temas trataron allí.
Pero lo cierto es que dentro del escándalo del “Carrusel de la contratación”, que estalló en el instante en que se filtró una grabación de un desayuno, todos los asistentes al mismo terminaron en la cárcel y la gran mayoría fueron condenados. Misteriosamente, la embajadora en ese entonces, Ángela Benedetti, fue la única que pasó de agache ante la justicia, a pesar de la cantidad de testimonios y de pruebas que la incriminaban.
Lo que sí quedó claro en la memoria de los bogotanos es que en el apartamento de la entonces concejal Benedetti se realizó un desayuno en noviembre de 2009, al que concurrieron el empresario Guido Nule, el entonces contralor de Bogotá, Miguel Ángel Moralesrussi, y el excongresista Germán Olano. El desayuno, que se filtró a los medios, se dio con el fin de que Benedetti acercara al empresario Nule al entonces contralor para que hicieran causa común en los negocios irregulares de la contratación en Bogotá. Benedetti negó esa teoría. Lo cierto es que la concejal terminó libre de apremios judiciales, pero quedó en evidencia que quiso prestarle un servicio al cuestionado Grupo Nule.
El tiempo pasó y no ocurrió nada. Ángela Benedetti sigue muy tiesa y muy maja. Angelita no es un ángel como la han querido presentar y para muchos sigue siendo una “diablilla” con muchos pecados por confesar.
Por: Norberto Patarroyo, periodista y caricaturista.