En el transcurso del año diferentes sectores económicos se han visto impactados por los efectos de la pandemia, sobre todo el sector de la ciberseguridad. Con millones de trabajadores forzados a realizar sus labores desde casa, la información de las compañías se mueve a menudo por equipos y sistemas que no están adecuadamente protegidos.
Igualmente, se observa que 62.600 millones de amenazas son transmitidas en su mayor parte por correo electrónico. Los ataques de phishing, en los que los cibercriminales se valen de técnicas de ingeniería social para suplantar a personas o empresas de confianza, representaron el 91 por ciento de los casos, así mismo se detectaron casi 14 millones de URL asociadas a estafas de phishing en 2020, lo que representa que las redes domésticas siguen siendo un objetivo principal.
Los investigadores hallaron que los ataques a redes domésticas aumentaron un 210 por ciento de 2019 a 2020 y llegaron a poco menos de 2.900 millones. Se trata de una cifra descomunal, es lo que muestra Trend Micro en su reporte, porque representa un 15.5 por ciento de todos los hogares. El 73% de los ataques a redes domésticas emplearon un método llamado “fuerza bruta”, que usa cada combinación posible para hallar la contraseña mediante prueba y error, con el fin de obtener el control de un dispositivo inteligente o router.
La pandemia y el trabajo remoto
A un año de declarada la pandemia, la mayoría de las organizaciones de todo el mundo han avanzado en reconocer su potencial como riesgo de ciberseguridad. Lamentablemente, también lo han hecho los ciberdelincuentes.
Los especialistas señalan que actores criminales han usado el interés en todos los temas relacionados con la COVID para tratar de contaminar sistemas y robar información. Trend Micro detectó alrededor de 16 millones de amenazas, de las que en el 90 % de los casos el código malicioso es distribuido mediante spam al correo electrónico.
Los estafadores detrás de estas amenazas les dieron un sentido de urgencia al personalizarlos con referencias a preocupaciones relevantes para la ciudadanía, como las ayudas oficiales o el calendario de vacunación.
El reporte contempló también los desafíos planteados por el trabajo remoto. Las organizaciones se vieron enfrentadas al reto de dar a sus trabajadores la formación y el apoyo que necesitaban para trabajar eficazmente desde sus casas, pero garantizando que no se abrieran en el proceso, importantes brechas de seguridad.