Las fuertes precipitaciones ocurridas en las últimas semanas en Medellín, las cuales generaron la creciente de la quebrada Santa Elena que provocó daños en la Avenida De Greiff en su cruce con la carrera 54 (Cúcuta), dejaron al descubierto la estructura del antiguo puente conocido como el Santamaría, que según expertos y arqueólogos no presenta grietas.
La Alcaldía de Medellín, que declaró Urgencia Manifiesta con el objetivo de buscar los recursos económicos necesarios para la recuperación de la Avenida De Greiff, adelanta una intervención detallada y precisa con el fin de no generar averías adicionales sobre la cobertura o sobre algunos puentes antiguos que allí permanecen, como reconocimiento del valor patrimonial que estas estructuras en mampostería tienen para la capital antioqueña y sus habitantes.
Luego de que se presentara la situación, un grupo de contratistas de la Secretaría de Infraestructura Física de Medellín trabajan para recuperar la capa asfáltica y dentro de su cronograma de obra han propuesto incluir la instalación de un tejido geotextil sobre toda la estructura en ladrillo del puente, acompañada de base granular, con el fin de protegerlo y conservarlo.
La gerente del Centro, Mónica Pabón, manifestó que “ya los expertos hicieron la valoración necesaria y encontraron que esta infraestructura se encuentra en perfectas condiciones. Gracias a esto y al liderazgo de la Secretaría de Infraestructura Física, se van a proponer las intervenciones necesarias para la conservación y preservación de este importante patrimonio histórico de la ciudad”.
Esta estructura fue construida al estilo románico y nombrada así en honor al filántropo don Marco Antonio Santamaría, quien en ese sector ordenó construir un barrio con pequeñas casas para regalárselas a los más necesitados.
Algunos expertos y arqueólogos aseguraron que es un hecho especial, en términos de ingeniería, que el Santamaría haya resistido el peso de la carpeta vial y el tráfico por más de un siglo, sin presentar ni una grieta.
El arqueólogo e ingeniero ambiental, Pablo Aristizábal, indicó que “el puente Santamaría le fue entregado a la ciudad en 1907, después de ocho años de obras. Hoy, esta estructura aún se mantiene en pie, luego de 114 años de soportar la capa asfáltica que lo recubre, el tráfico, las volquetas, los buses, los camiones y todo lo que pasa por este lugar día tras día, sin contar con las crecientes constantes de la quebrada que ha soportado. Es algo casi mágico que el puente no tenga ni un agrietamiento, lo que aumenta su valor patrimonial”.
En 1924, los habitantes de Medellín soñaban con convertir a la ciudad en polo de desarrollo industrial y económico de Antioquia y, para lograr ese objetivo, invirtieron grandes recursos para la construcción de vías y canalización de afluentes, argumentando que era necesario para el progreso y salubridad. Por eso, la oficina de Ingeniería Municipal autorizó en esa época la canalización de la quebrada Santa Elena, desplazando y, en algunos casos, sepultando los 20 puentes que fueron edificados sobre las aguas para conectar a los habitantes.
Mónica Pabón agregó que: “Desde 1924, es decir hace 97 años, la quebrada Santa Elena está cubierta por lo que hoy conocemos como la Avenida La Playa, la Primero de Mayo y la Avenida De Greiff. Sobre este trayecto fueron construidos los puentes en adobe macizo, seis de ellos fueron identificados técnicamente y aún se conservan”.