En dos años, se estarán celebrando las primeras siete décadas de uno de los accidentes más afortunados que se ha gestado en un escenario teatral. Jirí Srnec se encontraba asistiendo al montaje de títeres de la compañía que su padre dirigía, y vio como un efecto con las luces hacía desaparecer los brazos de algunos de los artistas.
Así surgió la técnica que ha sido la base fundamental del Teatro Nacional de Praga (República Checa), que utiliza luces, sombras, música, mímica y acrobacia para crear una ilusión en el espectador. Una técnica que ahora hace parte de la tradición de la ciudad checa, fundamental en su identidad.
Desde hace algunos años, Jirí Srnec hijo tomó las riendas de esta compañía con la misión de mantener vivo el legado de su padre y trabajar para que el mismo no sea tergiversado por el afán de la comercialización y quede relegado a atractivo turístico de quien visita Praga.
En pocas semanas esta compañía volverá a los escenarios colombianos con su espectáculo más exitoso de sus últimos años, con el cual recorren por segmentos emblemáticos de sus casi siete décadas de historia.
Los orígenes de este teatro provienen de la antigua china, donde con velas proyectaban siluetas de muñecos de gran tamaño y, desde su fundación, este se vuelve popular en República Checa, donde se perfeccionaron las técnicas utilizadas para lograr este reconocido espectáculo.
Este tipo de representación escénica muda se distingue de otros tipos de representación teatral, al utilizar cortinas negras, un escenario de color oscuro, con una iluminación estratégica y trajes fluorescentes, que da lugar a un fantástico juego de luz y sombras.
Uno de los shows mágicos más alucinantes en la historia del teatro mundial, que llegará al público el 22 de abril en el Teatro Cassia de Bogotá, 24 de abril en el Teatro Universidad de Medellín y el 25 de abril en el Teatro Fundadores de Manizales.
“Volvemos a Colombia con este espectáculo porque gusta mucho, nos lo piden mucho, porque se encuentra con nuevas generaciones de espectadores, y creemos que será la última oportunidad para verlo porque ya queremos hacer otros montajes”, comentó el director.
EN EL TEATRO DESDE SIEMPRE
Jirí nació en medio del Teatro Negro de Padre. Mientras veía dirigir a su padre la compañía y las puestas en escena, su madre, la bailarina Dana Srncova, también participaba de los montajes. La compañía, como los actores y demás participantes, siempre han sido parte de su familia.
Desde los 15 años empezó a dar sus primeros pasos como actor dentro de la compañía, y dos años más tarde hizo parte oficialmente de uno de sus elencos, dedicando más de 25 años de su vida a esta propuesta teatral.
“En cuanto a la técnica poco ha cambiado. Desde los años setenta se utilizan la mayor parte de los elementos para lograr los efectos en escena que buscamos. Para nosotros lo más importante siempre será la historia más que la técnica. La esencia del teatro negro no está en la tecnología, aunque el ‘truco’ sea importante, la clave es el uso de las manos que hacen posible la magia en escena”, continuó el director.
Una técnica análoga en tiempos de hipertecnología y el uso, cada vez más acelerado de la Inteligencia Artificial, donde todo esto está al alcance de las manos de cualquier persona a través de sus teléfonos móviles.
“Que nosotros podamos seguir viajando por el mundo, llevando una propuesta análoga, completamente hecha a mano, sin ayudas de la alta tecnología, y que esto guste y agote boletería, es algo realmente especial”, dijo Jirí.
Son puestas en escena donde los actores están pero no se ven, y juegan con los objetos, lo cual suele seguir gustando mucho dentro del público infantil.
Para el director, “Cuando el espectador deja volar su imaginación, todo es posible, y eso es indispensable cuando van a ver uno de nuestros montajes, y a los niños les encanta dejar volar la imaginación y por eso les encanta nuestros montajes, donde los objetos viven. Las cosas no solamente están volando, las cosas están vivas en el escenario, y es una gran diferencia de nuestra propuesta con otras similares”.
Tras la caída del Muro de Berlín, llegó el auge del turismo en ciudades como Praga, y así, el aumento de compañías que ofrecían espectáculos bajo la técnica del Teatro Negro de Praga, pero que se han concentrado en ser un atractivo para turistas.
Jirí, padre, nunca registró el nombre oficialmente del Teatro Negro de Praga, lo que ha permitido que se generaran una gran cantidad de propuestas usando nombres muy similares, y los espectadores difícilmente lograban encontrar la diferencia.
“Tras el Covid-19, muchos de esos teatros debieron cerrar sus puertas, y ahora, se puede encontrar mucha más información y calificaciones en línea, lo que nos ha permitido que la gente tenga más clara las diferencias”, afirmó Jirí.
Ahora, busca llevar al Teatro Negro de Praga a otros géneros dramáticos, no que sea encasillado en un espectáculo para el público infantil.
“Colombia cuenta con uno de los públicos más auténticos que hemos visitado, siempre dan una respuesta como público. Es un sueño hecho realidad volver a Colombia”, finalizó el director del Teatro Negro de Praga.
Foto y noticia: Colprensa