Con el fin de crear conciencia sobre la pérdida de los manglares y recordar la importancia de este ecosistema para la mitigación del cambio climático y la seguridad alimentaria del planeta, se celebra hoy martes 26 de julio el Día Internacional de la Defensa del Manglar, fecha establecida desde 2015 por la Conferencia General de la Unesco.
A propósito, el Ministerio de Aambiente estructuró el Programa Nacional de Uso Sostenible, Manejo y Conservación de los Ecosistemas de Manglar.
Se trata de un instrumento de política que ha dinamizado la gestión en torno a estas reservas y que da cuenta, entre otros factores, de la zonificación de las áreas de manglar, la planificación para la conservación, la investigación y la participación ciudadana.
Es así como se ha avanzado en la zonificación de las 290,7 mil hectáreas de manglar del país, se han formulado planes de manejo generales y específicos para un poco más de una tercera parte de los manglares y se han declarado áreas bajo figuras de protección en el ámbito nacional.
«Estamos restaurando a través de los viveros estos ecosistemas en San Andrés y Providencia, pues sirvieron de protección en el paso del huracán Iota», refirió el ministro de Ambiente, Carlos Eduardo Correa.
De igual forma, la gestión del Minambiente ha propiciado la restauración de más de 2500 hectáreas de manglares deteriorados o degradados, ejercicio en el que han participado comunidades locales, las cuales han obtenido de este nuevas fuentes de ingreso.
Un ejemplo mundial
A la fecha, en materia de reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), se viene implementando el proyecto Vida Manglar, de carbono azul, en el Golfo de Morrosquillo, que cubre una extensión de 7.561 hectáreas, que cuenta con la certificación Verra, la más importante en este campo.
El carbono azul es el carbono que se almacena naturalmente en los ecosistemas marinos y costeros. Tres tipos de ecosistemas costeros, manglares, praderas marinas y marismas almacenan la mitad de carbono azul enterrado en el fondo del océano, según Conservación Internacional.
¿Por qué son importantes?
Los manglares constituyen un hábitat fundamental para el ciclo de vida de algunas especies, al ser el hogar de las primeras etapas de un sinnúmero de peces, muchos de ellos de importancia comercial.
Adicionalmente, brindan otros beneficios, por ejemplo, el de aprovisionamiento, ya que en ellos las comunidades cercanas obtienen su alimento, contribuyen a la formación del suelo, retienen sedimentos y acumulan materia orgánica, lo que favorece a la consolidación de nuevas tierras.
«Colombia hoy lidera muchísimos de los programas de conservación y de restauración de nuestros océanos, tenemos en el país el primer proyecto de carbono azul de manglares en la Bahía de Cispatá, con apoyo de Conservación Internacional», refirió Correa.
«También estamos restaurando a través de los viveros estos ecosistemas en San Andrés y Providencia, pues sirvieron de protección en el paso del huracán Iota. Las viviendas y la infraestructura que estaba detrás de los manglares tuvieron menos afectación, por eso hoy a esos manglares les dicen los ‘héroes de Iota’», destacó.
Llamado internacional
En este día, la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, expresó que ante la emergencia climática, el tiempo se agota y “hay que ir más allá, puesto que los manglares son también sumideros de carbono de los que no podemos prescindir”.
Dijo que a partir del próximo mes, la Unesco pondrá en marcha un nuevo proyecto de restauración de los manglares en siete países de América Latina: Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, México, Panamá y Perú.
Que no solo brindará oportunidades económicas a las comunidades locales, sino que también permitirá intercambiar y compartir conocimientos entre las poblaciones locales e indígenas y la comunidad científica.