El líder del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, será trasladado a Bielorrusia y no enfrentará cargos luego de un acuerdo con el Kremlin que buscaba evitar «derramar sangre rusa». Según el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, el objetivo del Presidente ruso era evitar enfrentamientos internos y resultados imprevisibles. Además, los mercenarios que participaron en la rebelión no enfrentarán medidas y aquellos que no lo hicieron podrán firmar contratos con el ministerio de Defensa ruso.
Prigozhin anunció que sus hombres se encontraban a solo 200 kilómetros de Moscú, pero decidió pedirles que regresaran a Ucrania para cumplir con el acuerdo. Sin embargo, la situación previa parecía peligrosa, ya que el ejército privado de Prigozhin parecía controlar instalaciones militares en Rostov del Don, cuartel general de las operaciones rusas en Ucrania.
El objetivo del grupo rebelde era el ministro de Defensa de Moscú, Sergei Shoigu, a quien Prigozhin había criticado por su gestión de la invasión de Ucrania. La capital rusa se había preparado para la llegada de las fuerzas de Wagner, lo que hubiera sido un escenario extremadamente peligroso.
El acuerdo entre el líder del Grupo Wagner y el Kremlin puede ser tomado como una medida para evitar una escalada en el conflicto entre Rusia y Ucrania, que ya está causando muchas muertes y destrucción en el territorio en disputa. La decisión de Prigozhin de pedir a sus hombres que regresaran a Ucrania también parece ser un esfuerzo para evitar mayores pérdidas y daños. Sin embargo, queda la incertidumbre sobre lo que pasará a continuación y si se logrará llegar a una solución pacífica del conflicto.