El Gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, solicitó y obtuvo la aprobación de la Asamblea para un empréstito de hasta 1,2 billones de pesos, argumentando que los recursos actuales del departamento, cercanos a 3 billones de pesos, son insuficientes para cumplir con los proyectos del Plan de Desarrollo 2024-2027.

Sin embargo, esta decisión ha desatado fuertes críticas, especialmente desde sectores comunitarios y políticos que cuestionan la gestión financiera del actual gobierno. Miguel Gutiérrez, líder comunitario, señaló:

«Lo que no lograron con gestión, ahora lo pagamos con más impuestos y más deuda. Están hipotecando el futuro de Antioquia, comprometiendo recursos por 10 años. El uribismo sigue hundiendo a los antioqueños mientras todos están de diciembre».

El empréstito, según el secretario de Hacienda Santiago Valencia González, se enmarca dentro de un plan de reestructuración de la deuda pública, que incluye renegociar créditos existentes para reducir los intereses. Esto, afirmó Valencia, permitirá un ahorro de 18 mil millones de pesos en tres años, recursos que serían destinados a programas sociales e infraestructura.

No obstante, las críticas apuntan a que los fondos provendrán de áreas sensibles como las vías 4G, señaladas como un proyecto fallido, y la seguridad, que ya cuenta con un impuesto específico. Gutiérrez cuestionó la sostenibilidad de esta estrategia: «La soberbia y el derroche gobiernan. Sacarán dinero de sectores claves, hipotecando el progreso del departamento».

El director de Planeación Departamental, Eugenio Prieto Soto, defendió la medida asegurando que la deuda no pone en riesgo la estabilidad económica de Antioquia y cumple con parámetros legales. Sin embargo, para muchos ciudadanos, este empréstito representa un nuevo golpe al bolsillo de los antioqueños, quienes ven comprometido su futuro por una gestión que no priorizó la eficiencia ni la austeridad.

📢 La pregunta queda abierta: ¿Compromiso con el desarrollo o un peso más sobre las espaldas de los ciudadanos?