Quisimos compartir una jornada laboral con algunos canes que vigilan el edificio del 123 y la Administración Municipal, saber cómo es su rutina, cuidados y reconocimiento de destrezas.
El día laboral de los perros empieza a las 5 de la mañana. Mariano Sánchez, cuidador de la Alcaldía de Medellín, recibe a sus consentidos ya desayunados. Les pone el chaleco-arnés que combina con su uniforme azul con amarillo; los peina, los acaricia y los deja listos para sus funciones.
Todos los perros tienen el mismo objetivo: proteger y cuidar a los ciudadanos y funcionarios que circulan en la zona, cada uno desde sus diferentes frentes de trabajo.
Unos se dirigen a los pasillos de oriente a occidente a revisar todo lo que encuentran a su paso: materas, maletas y cajas; siempre atentos siempre para que su olfato detecte alguna señal de riesgo. Otros están en la zona vehicular, un puesto que requiere de buena actividad física, generalmente allí están los más fuertes y activos. Los demás le dan la bienvenida a los servidores y visitantes en la entrada peatonal.
Para los canes, los horarios laborales nunca exceden las 4 horas, generalmente trabajan dos horas y descansan otras dos horas. Los entrenamientos están basados en juegos para ellos y están en actividad física y preparación constante. Antes de que comience la jornada laboral, Sánchez los revisa para saber cómo se encuentran en su estado físico y de ánimo.
Los perros de vigilancia tienen un entrenamiento a temprana edad basado en la disciplina y orden. No es recomendable que si nos encontramos un perro los alimentemos, incluso, siempre será mejor si evitamos el saludo, porque ellos no están entrenados para recibir comida o afecto de extraños en momentos de trabajo. Todo esto siempre, para evitar que se confundan o tengan luego pereza de trabajar. Para lograr eso, el perro debe entender que el momento, ubicación y la persona que los alimenta siempre es la misma.
A lo largo de la historia los perros no solo han sido el mejor amigo del hombre, también han sido colegas en el ámbito laboral. Garú, es el mejor amigo de Sánchez y trabaja con él todas las semanas.
Garú vive y trabaja en la Alcaldía hace 1 mes. Tiene tres años y llegó totalmente entrenado; es un perro vital, fuerte y su carácter es digno de tener la tarea de custodiar la entrada principal.
Las razas aptas para trabajar en vigilancia son: Pastor Alemán, Golden Retriever, Pastor Belga, Labrador Retriever y Cocker Spaniel y todo lo que involucra sus cuidados, son verificados por la Policía Nacional y la Superintendencia de Vigilancia y seguridad privada.
Durante su estadía en el Centro Administrativo Municipal, los perros tienen un acompañamiento permanente de veterinarios para el control de salud, alimentación y estimulación permanente de acuerdo a sus características y edad. Una o dos veces al mes disfrutan de jornadas extras de cuidados especiales y mucho amor.
Cuando los perros llegan a la edad adulta y se retiran entran en proceso de adopción por parte de algunos servidores y otros pasan a una finca con los mismos cuidados y con un nivel de actividad similar al que hacían en servicio para que su estado de ánimo no decaiga.
Actualmente entre el Centro Administrativo La Alpujarra y el edificio del 123 hay 29 canes al servicio y seguridad de los ciudadanos.