En nuestra ciudad, la ineptitud y el desgobierno parecen haberse instalado en los más altos cargos. Un ejemplo claro es el caso del ex secretario de seguridad de Medellín, Gustavo Villegas, quien tuvo vínculos con la oficina de Envigado y fue involucrado en escándalos de corrupción en la primera administración de Federico Gutiérrez.
Hoy la Secretaría de Seguridad sigue siendo foco de críticas, pues tenemos un secretario de seguridad que más parece un turista que un funcionario público. Se la pasa viajando y disfrutando de paseos, mientras que la ciudad sigue sufriendo de inseguridad y problemas que no se resuelven.
Necesitamos un Secretario de Seguridad que asuma sus responsabilidades, no que las evada cuando se convierte el estadio Atanasio Girardot en una trinchera de guerra, o cuando dejan escapar a un pedófilo de Medellín, por solo mencionar algunos de los escándalos de seguridad en la ciudad.
Ahora hay un «Pablo Escobar» santandereano suelto en la ciudad, llamado Alias Pichi, pero la versión de la Alcaldía de Medellín es lavarse las manos y decir que nada tenía que estar haciendo en la ciudad, en vez de comprometerse y trabajar de la mano con las autoridades a nivel nacional para garantizar su captura.
Es inaceptable que estos funcionarios sigan en sus cargos, disfrutando de privilegios y sueldos altos, mientras que la ciudadanía padece las consecuencias de su ineptitud. La situación que se vive por estos días en la oficina de seguridad es un tema grave que afecta directamente la vida de los ciudadanos. La ciudadanía exige transparencia y rendición de cuentas, para evitar que estos abusos continúen sin control.
Es hora de un cambio: necesitamos líderes honestos y comprometidos con el bienestar de la ciudadanía, exigimos justicia y transparencia en la gestión pública. La ciudad merece mejores líderes, líderes que prioricen la seguridad, la educación y el bienestar de todos.
Los ciudadanos deben unirse y exigir cambios. La participación activa es clave para construir un futuro mejor. No más desgobierno, no más impunidad. ¡Es hora de actuar!