En un nuevo acto de violencia, el ELN detona explosivos contra una tanqueta en Tame, aunque no se reportan heridos.

Este sábado, el municipio de Tame, en Arauca, se vio sacudido por un ataque del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que detonó explosivos contra una tanqueta del Ejército colombiano. Afortunadamente, el ataque no dejó heridos, pero ha generado preocupación en la comunidad y en las autoridades.

El incidente ocurrió en la tarde, cuando un vehículo blindado del Grupo de Caballería N.º 18 Reveiz Pizarro se desplazaba por la vía Tame-Betoyes. Según informes militares, el ataque se produjo mientras los soldados se dirigían a verificar un bus de servicio público que estaba bloqueando la carretera. Fuentes en el terreno sugieren que el bus podría haber sido un señuelo utilizado por el ELN para atraer a las fuerzas armadas a la zona y llevar a cabo el ataque.

“Hace minutos, uno de nuestros vehículos blindados fue atacado con una carga explosiva. Nuestras tropas se encuentran sin novedad”, informó la Octava División del Ejército en un comunicado. A pesar del peligro inminente, los soldados lograron evadir consecuencias graves en un entorno marcado por la incertidumbre y la violencia.

La Defensora del Pueblo, Iris Marín, condenó el ataque, enfatizando que “es inaceptable el uso de explosivos contra el Ejército en Arauca”. Además, hizo un llamado al respeto por la vida y los derechos humanos en el país, subrayando la necesidad de encontrar soluciones pacíficas al conflicto armado.

Este ataque se produce en un contexto tenso, ya que las negociaciones entre el Gobierno y el ELN están actualmente suspendidas. El presidente Gustavo Petro ha instado a la guerrilla a mostrar voluntad de paz para retomar el diálogo, que ha estado estancado desde abril. La falta de progreso en las conversaciones agrava la situación en una región que ya ha sufrido extensamente por la violencia de grupos armados.

En conclusión, el atentado en Tame revela la persistente amenaza que representa el ELN y la fragilidad de la seguridad en Arauca. La comunidad, que ha estado en el centro de este conflicto durante años, necesita acciones efectivas que garanticen su protección y bienestar. La reanudación de las negociaciones con el ELN y un compromiso firme por parte del Gobierno son esenciales para buscar una solución duradera que ponga fin al ciclo de violencia y permita la construcción de un futuro pacífico en la región.