En la actualidad, el estrés se ha convertido en un enemigo silencioso que acecha la salud cardiovascular de miles de personas. Desde situaciones cotidianas hasta eventos traumáticos, el estrés impacta de diversas maneras en el cuerpo y la mente, siendo una de las principales causas de enfermedades cardíacas, en particular, de los infartos.
El estrés, esa respuesta natural ante amenazas y desafíos, puede desencadenar reacciones físicas y químicas que, si se prolongan en el tiempo, se vuelven perjudiciales para la salud. La liberación de hormonas del estrés, el aumento de la presión arterial, la inflamación y las alteraciones en los niveles de colesterol son solo algunas de las respuestas del cuerpo ante este fenómeno.
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Los efectos del estrés no distinguen entre situaciones de peligro real y eventos diarios. La presión constante, especialmente proveniente del estrés crónico, puede ser particularmente dañina. Factores como un entorno laboral adverso o problemas sentimentales continuos pueden ejercer una presión constante sobre el corazón, aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas.
El estrés no solo actúa como un detonante directo, sino que también lleva a comportamientos perjudiciales para el corazón, como fumar, beber en exceso y una alimentación poco saludable. Estos hábitos, sumados al estrés, crean un cóctel peligroso que eleva significativamente el riesgo de problemas cardíacos.
¿Qué desencadena el estrés en el corazón?
Los estudios más recientes revelan que el estrés psicológico puede desencadenar eventos cardiovasculares, como ataques al corazón y accidentes cerebrovasculares. La investigación, que siguió a más de 900 pacientes con enfermedad cardiovascular estable, mostró que el estrés físico y mental desencadenaba isquemia miocárdica, una reducción del flujo sanguíneo al músculo cardíaco que puede desencadenar eventos cardiovasculares.
Los datos alarmantes de la Sociedad Colombiana de Cardiología y la Fundación Colombia de Corazón subrayan la magnitud del problema. Cerca de 38 mil personas pierden la vida anualmente en Colombia debido a enfermedades cardíacas relacionadas con el estrés, y esta cifra sigue en aumento.
Ante esta realidad, es crucial aprender a gestionar el estrés de manera efectiva. La adopción de hábitos saludables, como la práctica de yoga, la meditación, el ejercicio regular y la búsqueda de un sistema de apoyo social, puede marcar la diferencia. La educación sobre los riesgos del estrés y su impacto en la salud cardiovascular es esencial para prevenir tragedias y proteger corazones alrededor del mundo.