Enfáticos fueron tanto el presidente Gustavo Petro como el nuevo ministro de Defensa, Pedro Sánchez, sobre el propósito de destruir el Frente, Carlos Patiño, de las disidencias de las FARC, comandadas por Néstor Gregorio Vera, alias Iván Mordisco, y responsable del atentado contra una patrulla militar y el secuestro de varios uniformados en Cauca. El reto es enorme, no solo teniendo en cuenta el poco tiempo que le resta al Gobierno en el poder, sino lo complejas que son las operaciones en la zona.

La Carlos Patiño, como se denomina comúnmente, tiene un poco más de 400 integrantes y según el Ejército es considerada como la estructura ‘pivote’ del bloque occidental ‘Jacobo Arenas’ de esa disidencia que opera en el departamento de Cauca, Valle y Tolima. Es decir, es la encargada de suministrar la logística, el financiamiento y de reclutar a menores de edad para enviarlos a otras estructuras de ese bloque, como la Dagoberto Ramos y la Jaime Martínez.

Su centro de operaciones es el sur del Cauca, principalmente Argelia, El Tambo y Balboa, que confluyen en el cañón del río Micay, la región donde se cultiva casi el 70% de la coca de ese departamento, y donde se encuentra el corregimiento de El Plateado, que es el nodo que comunica a toda esa región con el Pacífico, y por eso, una zona estratégica para actividades ilegales como el tráfico de armas y el narcotráfico. Pero no desde hoy sino desde hace treinta años, primero como fortín del frente 60 de las antiguas FARC, luego copado por el ELN entre el 2016 y 2018, y finalmente tomada por las disidencias FARC.

Entendiendo todo eso, el Gobierno Petro lleva 20 meses intentando quitarles a esos grupos el control de ese territorio. Primero con la operación Trueno (lanzada en agosto de 2023), y ahora con la operación Perseo, que inició en octubre de 2024, pero hasta ahora los esfuerzos, aunque significativos, parecen insuficientes, porque, aparentemente, este grupo sigue actuando a sus anchas, y en respuesta a esas acciones,  sigue cometiendo atentados como el del pasado martes, en el que cinco militares murieron y 16 más resultaron heridos, 20 uniformados fueron secuestrados y la población fue amenazada, extorsionada y desplazada.

ASÍ ESTÁ CONFORMADO

El Frente Carlos Patiño está liderado, según información de inteligencia, por Anderson Andrey Vargas, alias Kevin, quien tiene 28 años, nació en Villavicencio, Meta, y hace 15 se incorporó a las filas de la guerrilla. Es señalado de varios homicidios y de coordinar todas las actividades relacionadas con el tráfico de cocaína y marihuana que se produce en la región. Entre los crímenes por los que es buscado está el del líder social Lido Gutiérrez Gómez, ocurrido el 8 de octubre de 2021 en la vereda Mirolindo, de Argelia (Cauca).

Pero también es responsable, según las autoridades, de ordenar el hostigamiento que se registró el 8 de enero contra unidades del Ejército en el municipio de Balboa; el atentado ocurrido el 22 de enero, cuando un artefacto detonó al paso de una patrulla; varios atentados con dron; y la asonada en la vereda La Hacienda, centro de operaciones de esa estructura, en el corregimiento de El Plateado, el pasado 6 de marzo, donde fueron secuestrados 28 policías y un militar.

“La Hacienda es el punto estratégico que tiene la ‘Carlos Patiño’. Desde ahí han volado los drones, activando todos los mecanismos que han tenido a su disposición para atacar a la población civil. Vimos cómo en días pasados resultaron varios miembros de la población y miembros del Ejército afectados por explosiones, producto de los drones que fueron lanzados contra esta pequeña población”, expresó el general Federico Mejía, comandante de la Tercera División del Ejército Nacional, según el Diario El Tiempo.

En la línea de mando, debajo de alias Kevin está alias Rayo, segundo cabecilla; alias Tabares, y alias  Giovanny Armero, cabecilla de comisión. Este último, según audios conocidos por Colprensa estaría impartiendo órdenes a la población civil. “Hijo, lo que sí haga, hágame un cruce, consígame los números de todos esos compradores de hoja y nadie absolutamente nadie me compra una arroba de hoja hasta nueva orden, ¿listo?. Hasta que no salga el último militar y que también los quiero ver allá con la gente, con la población”, se escucha.

“Giovanny Armero” es señalado también de haber dado la orden de atacar en enero pasado a la fuerza pública en el sector conocido como el basurero; la masacre de seis personas en el corregimiento La Uribe, en el Tambo; y varios ataques con drones en contra de la Fuerza Pública. Finalmente, la lista la completan alias Zamora, cabecilla de compañía; alias Ferley, tercer cabecilla del frente y miembro de la compañía ‘Jaison Cardona’, y alias Nelson, cabecilla pseudopolítico.

El reto de las autoridades para lograr desarticular esa estructura es enorme. A pesar de los logros, como lo explica la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), los pobladores están avocados, irremediablemente, al cultivo de la coca,  los planes de sustitución no funcionan, y esa estructura sigue siendo una fuerza influyente y decisiva.

“La respuesta del Estado, aunque ha incluido el despliegue de tropas y tecnología avanzada, sigue enfrentando retos en la consolidación de una paz efectiva, pues sin una intervención integral que aborde las raíces económicas y sociales del conflicto, la violencia y el narcotráfico seguirán perpetuando la crisis en esta zona estratégica”, dice un artículo de esa fundación.

Por Camilo García – Colprensa

Fotos: Colprensa