Bogotá, 31 de mayo de 2024. Las consecuencias de salud frente al consumo de tabaco conocidas van desde la bronquitis, accidentes cerebrovasculares, hasta distintos tipos de cánceres. Sin embargo, el consumo de tabaco y productos relacionados no cesa.
De acuerdo con el Estudio Nacional de consumo de sustancias psicoactivas en población escolar, la edad promedio en la que los jóvenes comienzan a consumir cigarrillo es de 13,4 años. Del mismo modo, El 23% de los jóvenes entre 12 y 18 años han usado cigarrillos electrónicos o vaporizadores (con y sin nicotina) y el 11% tienen un consumo actual.
El consumo de este tipo de sustancias, además de suponer un riesgo latente para la salud, representa una carga significativa para los sistemas de salud en todo el mundo.
La EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), hoy representa la tercera causa de muerte en el mundo, siendo el tabaco uno de los factores de riesgo principales para su desarrollo. En Colombia, 9 de cada 100 colombianos mayores de 40 años, presentan esta condición. Se destaca que, 6.619 muertes por EPOC se presentan anualmente y son atribuidas al consumo de tabaco.
Fumar y la exposición al humo de segunda mano durante la infancia y la adolescencia pueden retrasar el crecimiento y desarrollo de los pulmones, lo cual puede a su vez aumentar el riesgo de tener EPOC en la edad adulta.
Así mismo, según un estudio liderado por la revista académica JAMA Oncology, el cáncer de pulmón no solo implica un alto costo emocional y físico para los individuos y sus familias, sino que también genera una carga económica significativa para los sistemas de salud.
Se estima que entre 2020 y 2050 los costos globales relacionados con el cáncer de pulmón alcanzarán la asombrosa cifra de $3.9 trillones de dólares, destacando la urgencia de intervenir este problema de salud pública.
El estado actual de pacientes con cáncer de pulmón del país despierta señales de alerta: de acuerdo con la Cuenta de Alto Costo, el 74,2% de casos de cáncer de pulmón se diagnostican en estadios avanzados, lo que limita las opciones de tratamiento y reduce la probabilidad de supervivencia.
Esta preocupante tendencia está estrechamente ligada al consumo de tabaco, siendo este uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo del cáncer de pulmón.
“Contrarrestar los efectos devastadores del cáncer de pulmón es una tarea en la cual deben integrarse todos los actores del sistema de salud. Más allá de atacar directamente a la enfermedad, es clave desarrollar iniciativas conjuntas entre actores privados y entes gubernamentales para conducir un mensaje de prevención y autocuidado a la ciudadanía. La mejor manera de mitigar los costos relacionados con esta enfermedad es generar consciencia alrededor de los factores de riesgo que pueden conducir al desarrollo de esta, como lo es el consumo de tabaco”, manifestó Diana Hernández, Directora Médica de AstraZeneca.
La lucha contra el cáncer de pulmón es una tarea multifacética que requiere la colaboración y el compromiso de todos los sectores de la sociedad. Desde la prevención y el control del consumo de tabaco, cigarrillos electrónicos o vapeadores, hasta la mejora del acceso a la atención médica y el desarrollo de tratamientos innovadores, cada esfuerzo cuenta en la batalla contra esta enfermedad devastadora.
Con una comprensión más profunda de los riesgos asociados y una inversión continua en investigación y políticas de salud pública, es posible avanzar hacia un futuro en el que el cáncer de pulmón sea una enfermedad prevenible y tratable.
Foto Cortesía: Freepik.es