Manaos (Brasil), 13 jun (EFE).- Contar con la participación de las comunidades y adaptar las inversiones en sostenibilidad a las particularidades de un territorio es una norma que debe implementarse a la hora de invertir fondos en un territorio, una idea que defendieron este miércoles los participantes en la Semana de la Sostenibilidad organizada por BID Invest en Manaos (Brasil).
Y es que a veces los proyectos financiados no responden a las demandas de las comunidades, dijo durante uno de los paneles Rafaella Dortas, líder de Responsabilidad Social Corporativa del banco de inversión brasileño BTG Pactual.
“Fui a una comunidad amazónica a visitar el proyecto de una empresa bien intencionada que había construido una biblioteca que no tenía ningún libro sobre la región, ¿preguntaron a los habitantes qué querían leer o si lo que querían era una biblioteca?”, lanzó Dortas.
En el caso de las comunidades indígenas en Latinoamérica y el Caribe, un aspecto importante para hacer ese trabajo de escucha antes de lanzar un proyecto es hablar el idioma de la comunidad y tener un conocimiento sobre su cultura.
Camila Larrea, de la ONG Fundación Capital, dijo que un equipo comercial bilingüe con proximidad cultural a los pueblos que se quiere atender puede incluso “reducir los costos” de la operación.
“Las instituciones financieras deben adaptar sus productos a las necesidades de los pueblos originarios”, dijo, antes de apuntar que los bancos a veces exigen documentos que los indígenas no tienen.
Semana de la Sostenibilidad
Desde el martes y hasta este jueves, decenas de expertos de empresas, organizaciones y de BID Invest están participando en la Semana de la Sostenibilidad, un evento con el que el brazo financiero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) busca impulsar las inversiones sostenibles en América Latina y el Caribe.
En esta segunda jornada se ha hablado de temas variados como el impulso de la economía verde y las soluciones basadas en naturaleza o sobre la importancia de crear cadenas de suministro sostenibles y que sean trazables, entre otros temas.
También sobre cómo impulsar la igualdad de género y la inclusión a través de productos financieros e incentivos basados en resultados y sobre cómo crear caminos en América Latina y el Caribe para hacer viable la transición justa hacia economías verdes sin dejar a nadie atrás, todo con un enfoque regional, pero también con el foco sobre la región anfitriona, la Amazonía.
Uno de los invitados a la Semana de la Sostenibilidad es el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Ilan Goldfajn, quien estará mañana en uno de los paneles y hoy visitó varios de los proyectos en los que BID Invest ha invertido o planea invertir.
Entre ellos, una fábrica de baterías de litio de la compañía UCB Power, que tiene previsto expandir su negocio con un préstamo de BID Invest, o el barrio de Beco Nonato, donde la empresa Aguas de Manaus está llevando a cabo un proyecto de ampliación de la red de alcantarillado.
En una conversación con medios que tuvo lugar tras visitar el Instituto Nacional de Pesquisas da Amazônia (INPA) –institución con la que colabora el BID- , Goldfajn defendió la necesidad global de invertir para desarrollar y proteger la Amazonía, ya que el mundo “tiene un reto muy grande”.
“Tenemos un desastre natural al mes por lo menos y el impacto es grande, no lo podemos ignorar más (…) y la Amazonía tiene un papel fundamental” para, por ejemplo, absorber el CO” y, añadió, “no hay forma de que el mundo trabaje en el cambio climático sin la Amazonía”.
Pero las inversiones en sostenibilidad en la región, indicó el presidente del BID, “no deben centrarse únicamente en la deforestación” ya que “no incorporar comunidades, no incorporar personas, no brindar una economía alternativa, no nos llevará a un futuro sostenible”, afirmó.
La sostenibilidad ambiental está, por tanto, fuertemente asociada con “la sostenibilidad social y a la sostenibilidad económica” puesto que, si la gente no tiene sustento “será mucho más difícil preservar la naturaleza”, concluyó. EFE