En los últimos días, se ha generado un debate intenso en torno a la posibilidad de realizar una auditoría a la contratación de la Empresa de Servicios Públicos de Medellín (EPM) y sus filiales. La pregunta que surge es: ¿cuál es el miedo?
No se trata de un tema regionalista, como algunos podrían pensar. EPM es una empresa de todos los colombianos, y su gestión y contratación deben ser transparentes y sujetas a escrutinio.
La auditoría no es un ataque a la empresa ni a sus empleados, como algunos han querido mostrar. Por el contrario, es una herramienta necesaria para garantizar que los recursos públicos se estén utilizando de manera eficiente y transparente.
Entonces, ¿cuál es el miedo? ¿Será que tienen miedo a que se descubran irregularidades en la contratación? ¿O temen que se afecten intereses políticos o económicos?
La respuesta es simple: no hay nada que temer si se actúa con transparencia y honestidad. La auditoría es una oportunidad para que EPM y sus filiales demuestren su compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas.
Por lo tanto, instamos a las autoridades competentes a que realicen la auditoría de manera objetiva e imparcial, y a que se garantice la transparencia y la publicidad de los resultados.
Los colombianos tenemos derecho a saber cómo se están utilizando nuestros recursos públicos. No hay nada que temer si se actúa con honestidad y transparencia.
Editorial Nación Paisa