Ciudad de México, México, julio 29 de 2024.- En 2021, 761 millones de personas en el mundo tenían 65 años o más, cifra que aumentará a 1,600 millones en 2050. El número de personas de 80 años está creciendo aún más rápido y las personas viven más tiempo gracias a las mejoras en la salud y de las terapias médicas, así como a un mayor acceso a la educación, entre otros factores.

Por ello, el “Día Internacional de los Abuelos” nos recuerda que la prevención y realizar consultas médicas con regularidad son la mejor herramienta para evitar que ciertos padecimientos de mediano y largo plazo, como la Enfermedad de Alzheimer (EA), generen consecuencias poco positivas en la estructura y vínculos familiares, la seguridad social, el trabajo que aún se desarrolla y la parte financiera de cada persona.

Como apunte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que aproximadamente 60 millones de personas a nivel global viven con Alzheimer, de las cuales 8.1% son mujeres y 5.4% son hombres mayores de 65 años.

La esperanza de vivir mejor

“Después de los 65 años, la incidencia de demencia y de EA se duplica cada 5 años. La EA se incrementa más de tres veces en aquellos sujetos que tienen al menos un familiar de primer grado con demencia. La EA tiene dos formas de presentarse: de inicio temprano que comienza antes de los 60 años y ocurre en menos de 1% de los casos; y la de inicio tardío, que empieza a partir de los 60 años y sucede en el 99% de los casos“ , comentó el doctor José Luis Zaragoza, asesor médico para Lilly en México.

Y aseguró que: “Muchas personas con esta edad podrían vivir con EA en etapa inicial, estas personas todavía trabajan, disfrutan de los viajes y comparten tiempo de calidad con la familia,

es decir, todavía son independientes. Por lo que, ante la EA, el objetivo actualmente es enlentecer su progresión y mantener a la persona con una calidad de vida adecuada el mayor tiempo posible”.

Algunos síntomas de este padecimiento se centran en cambios de memoria que dificultan la vida cotidiana o; dificultad para planificar o resolver problemas; desempeñar tareas habituales en la casa, en el trabajo o en el tiempo libre; vivir desorientación de tiempo o lugar, así como dificultad para comprender imágenes visuales y cómo los objetos se relacionan uno al otro en el ambiente.

“La EA progresa lentamente durante 10 a 20 años, sin embargo, los avances científicos que están surgiendo buscan retrasar la progresión y evitar un deterioro acelerado buscando que,

las personas con este padecimiento tengan una vida cercana a la normalidad y tener mayor tiempo de calidad para realizar todas sus actividades. Los médicos generales funcionan como un recurso de primera línea para apuntar cambios cognitivos e iniciar los pasos apropiados para una evaluación de las personas con sospecha de EA”.

En nuestro país, no existe una prueba que pueda confirmar con certeza la EA. Todo recae en una observación de síntomas, seguida de una evaluación física, psiquiátrica y neurológica. Si bien este proceso tiene una precisión de 90%, es necesario que en México los estudios de tejido cerebral con técnicas inmuno-histoquímicas estén disponibles para toda la población con la finalidad de que se puedan realizar evaluaciones más precisas. “Hoy, los primeros medicamentos nuevos representan una oportunidad y una alternativa para mitigar la progresión de la enfermedad en las personas con Alzheimer y, al mismo tiempo,

reducir la carga social de esta enfermedad. Ahora, debemos ayudar a las personas, a través de los sistemas de salud, a tener acceso al tratamiento en una etapa más temprana del padecimiento, es decir cuando las terapias tienen el mayor beneficio potencial”, concluyó la doctora Nuria Marcos, vicepresidenta asociada del área Médica para Lilly Latinoamérica.

Foto Cortesía: Grandmother and her young granddaughter spent great time together, family members look at photos from the youth of an elderly parent, through the pages of the album and recall funny stories from life. EFE