En las canchas, aulas y pasillos de los colegios hay alegría porque los estudiantes tienen una alternancia segura.
820 estudiantes de la Institución Educativa Liceo Salazar y Herrera, desde transición al grado 11 y 92 maestros retomaron sus rutinas en la presencialidad.
“Para nosotros es muy importante regresar, tener a nuestros niños, niñas y jóvenes acá, porque esa es la razón de ser de nosotros. Esta inmensidad de estructura física sin ellos no sería nada, no tendría ningún sentido”, firma Nicolás Darío Londoño, director académico de la Institución.
El Liceo cuenta con 1.640 estudiantes, los cuales fueron divididos en dos grupos que asisten presencialmente día de por medio. Los días que no están en las aulas, las clases virtuales y los talleres son parte de la jornada pedagógica.
Lina María Hernández Uribe, docente de Educación Física se caracterizó por sus clases durante la virtualidad porque fueron muchos los talleres que se ingenió para que los estudiantes no tuvieran dificultades para retomar los ejercicios.
Es una emoción poder volver, verlos y dictar clase. En este momento nos estamos preparando para una actividad que les había dejado como reto en casa para hacer acá en la Institución que consiste en realizar plancha durante dos minutos y una serie de actividades físicas que, sí estuvieron juiciosos, las pueden realizar sin ningún problema”, expresa la docente.
Con trapo en mano y un desinfectante encontramos a uno de sus alumnos, Tomás Pérez Bustamante, de 16 años y del grado 11, limpiando la colchoneta que iba a usar para realizar la actividad. “Me encanta el colegio, me gusta compartir con mis amigos, hacer actividades y estar con los maestros. Anoche dejé listo el uniforme desde temprano, estaba muy contento. Por la pandemia yo pensé que no íbamos a regresar pronto, pero acá estamos y en serio que este espacio hace mucha falta. En la casa uno se siente un poco relajado a la hora de ver clases, pero, acá es otra cosa”, dice Tomás.
La cafetería del colegio también abrió sus puertas. Lina María Hernández es la encargada del restaurante cafetería de la Institución y se siente feliz porque ella y sus compañeras regresaron al trabajo del que dependen para llevar ingresos a sus hogares.
Son 10 mujeres las encargadas de cocinar y atender a los 1.640 estudiantes, algunas cabeza de familia, quienes por cuenta de la crisis generada por la pandemia, debieron ser recursivas y vender sus productos a vecinos, amigos y familiares, para subsistir.
Alexandra Agudelo Ruiz, secretaria de Educación visitó la institución y habló con los maestros y estudiantes.
“Los niños, las niñas y los jóvenes de Medellín tienen que estar en los colegios, no más desde casa, llevamos año y medio con ellos desde casa. Entonces ya nos dimos cuenta primero que el modelo de alternancia funciona y segundo que la educación debe estar en el interior de las instituciones mediadas por un docente”
Si algún niño o docente tiene síntomas o da positivo para COVID, la Secretaría de Salud, es la encargada de aislar por diez días a la comunidad estudiantil, mientras se realiza un cerco epidemiológico y pruebas a todo el plantel. Después de los diez días de cuarentena, la institución, estará lista, para recibir de nuevo a los estudiantes.
Con el plan de vacunación a los docentes, directivos y personal administrativo de establecimientos escolares se espera, que el riesgo de contagio sea menor y retomar la presencialidad con mayor seguridad.