Las autoridades del Área Metropolitana del Valle de Aburrá han recolectado cerca de 1.100 kilogramos de caracoles africanos y de jardín, dos especies invasoras que representan un peligro para la salud y el ecosistema local. Esta operación se llevó a cabo tras atender 335 reportes en la región durante 2024, en lugares como parques, jardines e instituciones educativas, donde la presencia de estos moluscos ha sido especialmente alta.

La temporada de lluvias ha favorecido su proliferación, creando un ambiente propicio para el crecimiento y la expansión de estas especies invasoras. Estos caracoles no solo amenazan la biodiversidad local al competir con especies nativas, sino que también pueden transmitir parásitos peligrosos para los seres humanos, como el Angiostrongylus cantonensis, conocido por causar meningitis eosinofílica.

Luz Jeannette Mejía, líder de la unidad de Gestión del Riesgo y Cambio Climático del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, subrayó la importancia de la colaboración ciudadana en esta problemática: “Es fundamental que los ciudadanos, entidades públicas y privadas nos involucremos activamente en la solución. Hemos sensibilizado a más de 2.100 personas y continuaremos con jornadas de capacitación para fomentar la corresponsabilidad y la acción colectiva”.

Ante el riesgo que representan estos caracoles invasores, las autoridades han emitido recomendaciones específicas. Se pide a los ciudadanos no manipular los caracoles con las manos desprotegidas, evitar alimentarlos, no utilizarlos como animales de compañía y mantener una higiene constante tanto en las manos como en los alimentos. Además, se sugiere realizar una adecuada disposición de residuos y mantener limpios los jardines, parques y patios para prevenir su propagación.

Impacto

La presencia de estos caracoles en el Valle de Aburrá no es solo un problema ambiental, sino también un riesgo para la salud pública, ya que pueden causar daños significativos a cultivos y transmitir enfermedades a las personas. La acción rápida y coordinada de las autoridades y la comunidad es clave para controlar esta invasión y proteger tanto el entorno natural como la salud de la población.

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