La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) cerró la investigación contra el excongresista Luis Almario Rojas, acusado por Benjamín Herrera Londoño de secuestro, un hecho que no ocurrió, según las pruebas recopiladas por las autoridades y los vacíos, incongruencias y hechos «fantasiosos» relatados por la supuesta víctima.
Herrera Londoño, acreditado como víctima por la JEP, aseguró que Almario Rojas estuvo detrás de su supuesto secuestro, ocurrido, según su versión, entre diciembre de 2002 y febrero de 2003 en el Puerto de las Delicias, en bocas del río Mecaya (Caquetá), por parte de hombres del Frente 48 del Bloque Sur de las extintas FARC.
Para lograr su liberación, la supuesta víctima afirmó que debió él mismo recaudar los $350 millones que le exigían los guerrilleros. Para tal efecto, habría viajado a Neiva y Bogotá en compañía de un hombre y una mujer de esa organización.
Como sacado de una historia de policías y ladrones, Herrera Londoño aseguró que su libertad se gestó a través del amor, al lograr seducir a la guerrillera que lo acompañaba, quien luego lo ayudó a escapar.
Después de alcanzar su libertad gracias a la seducción, el hombre viajó a la Base Aérea de Tres Esquinas (Caquetá) para denunciar lo ocurrido y guiar a las tropas hasta el campamento donde supuestamente estuvo retenido. Lo que siguió fue el bombardeo del lugar, lo que habría conjurado todos sus males y borrado cualquier registro que pudiera contradecir su versión.
Sin embargo, la imaginación de Herrera Londoño no se detuvo ahí. Aseguró a las autoridades que detrás de su retención estuvo el excongresista Luis Almario Rojas, quien, según él, buscaba venganza por su labor como asesor del fallecido congresista Diego Turbay Cote, asesinado por las extintas FARC en diciembre de 2000, crimen por el cual se investiga a Almario Rojas.
Al cotejar esta versión con la realidad, la historia de Herrera Londoño se desmoronó, pues las fechas estaban plagadas de inconsistencias. Además, resultó poco creíble que él mismo haya recaudado el dinero para su liberación, dado que esto no coincidía con el modus operandi de las extintas FARC en casos de secuestro.
Tampoco resultó cierta su supuesta cercanía o labor profesional con el parlamentario Diego Turbay Cote. A ello se sumó que no existen registros de su contacto con las tropas para coordinar el bombardeo, un hecho que solo ocurrió en su imaginación.
«En el análisis de las 19 pruebas documentales recolectadas por la UIA, la sala encontró que no hay elementos que permitan inferir lógicamente que, en efecto, Herrera Londoño fue privado de la libertad por las extintas FARC-EP a finales de 2002», precisó la JEP.
Tras desvirtuar su versión con base en pruebas, el Tribunal de Paz estudia ahora si le revoca a Herrera Londoño su acreditación como víctima ante el Registro Único de Víctimas (RUV). Además, compulsó copias a la Fiscalía, para que determine si su conducta «podría acarrearle una responsabilidad penal por delitos contra la administración de justicia».
Por otro lado, en el caso de Luis Almario Rojas, la JEP confirmó que su proceso continúa en la Sección de Ausencia de Reconocimiento de Verdad, por su presunta participación en el secuestro de Rodrigo Turbay Cote y en los homicidios de:
- Diego Turbay Cote
- Inés Cote de Turbay
- Jaime Peña Cabrera
- Edwin Amir Alarcón Angarita
- Hamil Bejarano Martínez
- Dagoberto Samboní Uni
- Rafael Ocasiones Llanos
Fotos y noticia cortesía: Colprensa