Fuentes cercanas a la Fiscalía General de la Nación han revelado detalles preocupantes sobre un posible vínculo entre alias «Pichi», reconocido capo de la mafia, y guardianes del INPEC recientemente capturados. La investigación se centra en presuntos actos de corrupción que podrían estar ocurriendo dentro del sistema penitenciario colombiano, específicamente en la cárcel de La Picota.

Uno de los principales implicados es Wilmar Giovanny Betancourt Guevara, un funcionario del INPEC que, según las autoridades, podría ser el «eslabón perdido» en una red de corrupción que involucra a altos mandos de la institución. De acuerdo con estas fuentes, Betancourt estaría negociando con la Fiscalía para entregar información clave que destaparía una compleja trama de irregularidades dentro de las cárceles del país.

El posible proceso de colaboración de Betancourt genera preocupación entre varios funcionarios. Según informes, el capturado estaría dispuesto a “prender el ventilador”, revelando detalles que no solo comprometerían a otros altos cargos del INPEC, sino también a figuras externas vinculadas al crimen organizado. Este movimiento, sin embargo, lo pone en riesgo junto a su familia, intensificando el temor dentro del sistema penitenciario.

Las autoridades han reforzado las medidas de seguridad ante la sensibilidad de la información que podría salir a la luz. Este caso podría marcar un punto de inflexión en la lucha contra la corrupción al interior de las cárceles, exponiendo la influencia de estructuras mafiosas sobre las instituciones encargadas de velar por la justicia y el orden.

¿Qué se espera?

Con la investigación en curso, se prevé que en los próximos días surjan más detalles sobre este entramado, mientras alias «Pichi» y otros capos de la mafia se mantienen en la mira de la justicia.