Un reciente estudio realizado por la Universidad del Rosario, Eafit, el Banco de la República y el Banco Mundial ha revelado los efectos negativos de la Operación Orión, llevada a cabo en Medellín en 2002, sobre la salud de los recién nacidos en la Comuna 13. Según la investigación, la violencia asociada a este operativo militar afectó el desarrollo fetal, reduciendo el peso, la estatura y las condiciones generales al nacer de los bebés en la zona intervenida.
Darwin Cortés, investigador de la Universidad del Rosario y coautor del estudio, explicó que los bebés expuestos a este contexto nacieron, en promedio, con 116.5 gramos menos de peso y 0.51 centímetros menos de estatura. Además, registraron una probabilidad 3% menor de obtener un puntaje APGAR superior a 7, indicador que mide el bienestar neonatal. Estas cifras reflejan un impacto significativo en la salud de los recién nacidos.
El análisis atribuye estos resultados al estrés materno durante la operación. Las mujeres embarazadas en la zona vivieron altos niveles de tensión, lo que habría afectado negativamente el desarrollo fetal. “El estrés materno durante el embarazo está relacionado con bajo peso al nacer y problemas de desarrollo infantil a largo plazo”, señaló Cortés. Los efectos fueron más evidentes en mujeres casadas o en unión libre, quienes enfrentaron una mayor carga emocional por la seguridad de sus familias.
Un estudio sorprendente revela que la #OperaciónOrión, uno de los operativos más recordados en #Medellín, dejó secuelas mucho más profundas de lo que imaginamos.
Abro hilo 🧵 pic.twitter.com/myTLKgzH0K
— Esneyder Negrete (@esnegrete) November 19, 2024
El estudio destaca la necesidad de evaluar las consecuencias sociales y de salud pública de las intervenciones militares en áreas urbanas. Aunque la Operación Orión buscaba recuperar el control de la Comuna 13, los resultados subrayan las secuelas duraderas que estas acciones pueden generar en las comunidades vulnerables.
Los investigadores sugieren explorar estrategias de intervención menos violentas y priorizar políticas que protejan la salud materno-infantil en contextos de conflicto urbano. Estos hallazgos invitan a reflexionar sobre cómo evitar los impactos negativos de operativos de seguridad y garantizar el bienestar de las poblaciones afectadas.
