El clásico antioqueño entre Atlético Nacional e Independiente Medellín, disputado en el estadio Atanasio Girardot, estuvo marcado por emociones intensas dentro y fuera del campo. Aunque el Medellín ganó 1-0 el partido, Nacional aseguró su pase a la final gracias a un marcador global de 2-1. Sin embargo, el enfrentamiento no solo dejó huella por el resultado, sino también por un episodio controversial protagonizado por Efraín Juárez, técnico del equipo verde.

Tras el pitazo final, Juárez celebró de manera efusiva frente a la tribuna popular del Medellín, un gesto que fue calificado como provocador por los seguidores del equipo rojo. La reacción del público no se hizo esperar, con gritos y abucheos que reflejaron su indignación ante lo que percibieron como una falta de respeto en su territorio.

La tensión escaló rápidamente, obligando a las autoridades a intervenir. Al terminar el encuentro, la Policía condujo al estratega a descargos, donde se le impuso un comparendo por comportamiento inapropiado. Durante el trayecto, aficionados del Medellín lo increparon al grito de “¡Irresponsable!”, evidenciando el impacto de su acción en un ambiente ya cargado de emociones.

En la rueda de prensa posterior al partido, Juárez intentó minimizar el incidente y ofreció disculpas públicas. “No fue mi intención ofender a nadie. Si los hinchas del Medellín se sintieron molestos, les pido disculpas”, expresó. Aunque su declaración buscaba calmar los ánimos, las autoridades consideraron necesario que cumpliera con el procedimiento sancionatorio, acompañados por la Personería Municipal.

El episodio reabre el debate sobre los límites de la celebración en el fútbol y los riesgos de inflamar las pasiones de los hinchas en un contexto donde la rivalidad puede desbordarse.
Lea también: “Ya no sé cuándo es mano y cuándo no”: Ex árbitro español sobre el VAR