Lima, Perú – Alberto Fujimori, el expresidente peruano cuya figura ha estado marcada por la controversia, falleció el miércoles 11 de septiembre en Lima, a los 86 años. Fujimori, quien había estado luchando contra un cáncer durante varios años, murió en su residencia, rodeado de su familia.

Fujimori, quien gobernó Perú de 1990 a 2000, había sido condenado a 25 años de prisión por homicidio, lesiones graves y secuestro. Sin embargo, su condena fue interrumpida en 2017 con un controvertido indulto otorgado por el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski. A pesar de la oposición de organismos internacionales, el indulto fue restituido en diciembre de 2023, permitiéndole salir de prisión.

Durante su presidencia, Fujimori es recordado tanto por su papel en la estabilización económica del país como por las graves violaciones de derechos humanos cometidas bajo su mandato. Entre los crímenes por los que fue condenado se encuentran las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, perpetradas por el Grupo Colina, un escuadrón militar vinculado al gobierno de Fujimori.

A lo largo de los años, la figura de Fujimori se convirtió en un símbolo de polarización en Perú. Para sus seguidores, representó un salvador que terminó con la inflación galopante y la violencia terrorista. Para sus detractores, fue un autócrata que abusó del poder y corrompió las instituciones del Estado.

En los meses previos a su muerte, Fujimori había expresado su intención de regresar a la arena política. En junio, su hija Keiko Fujimori había anunciado que su padre sería el candidato presidencial de Fuerza Popular en las elecciones de 2026, una propuesta que se consideraba jurídicamente inviable debido a las condenas vigentes.

La noticia de su fallecimiento ha generado una ola de reacciones en Perú. Políticos, empresarios y ciudadanos se han congregado frente a su residencia, mostrando una variedad de opiniones sobre su legado. Mientras algunos han rendido homenaje a un líder que consideran clave en la historia moderna de Perú, otros han manifestado su rechazo a lo que ven como un intento de blanquear su figura.

Sus restos serán velados públicamente hasta el sábado 14 de septiembre, antes de ser enterrados en el cementerio de Huachipa en Lima.

Alberto Fujimori se va dejando tras de sí un legado complejo, uno que continuará siendo objeto de debate y análisis en los años por venir. La historia de su gobierno y su caída sigue siendo un capítulo crucial en la política peruana, y su muerte marca el fin de una era llena de controversias y desafíos para el país.