Copacabana, Antioquia (Colombia). Lunes 9 de septiembre de 2024. Un fiscal del Grupo Especial para la Lucha contra el Maltrato Animal (Gelma) de la seccional Medellín, imputó el delito de aprovechamiento ilícito de recursos naturales renovables al señor Manuel Antonio Berrio Acuña, quien estaría involucrado en la venta ilegal de aves silvestres en el municipio de Copacabana (Antioquia), ubicado al norte del Valle de Aburrá.
En un procedimiento realizado de manera coordinada por la Fiscalía General de la Nación, la Policía Nacional, el Ejército Nacional y las autoridades ambientales del Valle de Aburrá, fueron recuperadas 19 aves, las cuales permanecían en un inmueble del barrio La Misericordia, encerradas en jaulas y en precarias condiciones de cuidado.
Los elementos de prueba indican que las especies iban a ser comercializadas de manera clandestina. Se trata de 14 Semilleros, 3 canarios costeños, una Tángara amarilla y un Chingolo. Vale la pena anotar que el procesado no aceptó el cargo que le formuló la Fiscalía, y seguirá vinculado a la investigación.
Las autoridades hallaron en un inmueble 19 animales que serían comercializados en el municipio de #Copacabana. Fueron rescatados 14 semilleros, 3 canarios costeños, 1 tángara amarilla y 1 chingolo.
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— Fiscalía Colombia (@FiscaliaCol) September 8, 2024
Vale la pena anotar que según el Artículo 328, Aprovechamiento ilícito de los recursos naturales renovables, el que con incumplimiento de la normatividad existente se apropie, acceda, capture, mantenga, introduzca, extraiga, explote, aproveche, exporte, transporte, comercie, explore, trafique o de cualquier otro modo se beneficie de los especímenes, productos o partes de los recursos fáunicos, forestales, florísticos, hidrobiológicos, corales, biológicos o genéticos de la biodiversidad colombiana, incurrirá en prisión de sesenta (60) a ciento treinta y cinco (135) meses y multa de ciento treinta y cuatro (134) a cuarenta y tres mil setecientos cincuenta (43.750) salarios mínimos legales mensuales vigentes.
La pena se aumentará de una tercera parte a la mitad cuando la conducta se cometa a través de la práctica de cercenar aletas de peces cartilaginosos (tiburones, rayas o quimeras), y descartar el resto del cuerpo al mar.