La Alcaldía de Medellín, en respuesta a un estudio reciente realizado por la autoridad ambiental del Valle de Aburrá sobre niveles de ruido, ha decidido acompañar a más de 300 establecimientos nocturnos. El objetivo es evaluar cómo sus actividades influyen en la contaminación auditiva y aplicar las medidas correctivas necesarias.
La Secretaría de Medio Ambiente ha anunciado la creación de un equipo especializado en la gestión del ruido. Este equipo coordinará acciones con otras dependencias para agilizar las intervenciones en puntos críticos.
Según datos de la Secretaría de Seguridad, en los primeros siete meses del año se han registrado, en promedio, 410 denuncias diarias relacionadas con contaminación auditiva. Este factor no solo afecta la salud, sino también la convivencia en la ciudad.
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Además de las medidas de control, la Secretaría de Medio Ambiente promoverá el uso de medios de transporte con niveles de ruido más bajos, impulsará actividades educativas para la ciudadanía y formulará criterios técnicos en el ordenamiento territorial con el fin de mitigar este problema.
Resultados del estudio
El estudio revela que el 17% de los más de 600 barrios monitoreados requieren estrategias específicas para reducir los niveles de ruido. La medición incluyó calderas, empresas, bares, discotecas e iglesias.
David Berrío, ingeniero de sonido del equipo de Calidad del Aire del Proyecto SIATA, explicó que “el ruido ambiental es un sonido molesto o no deseado generado por actividades humanas, que provoca efectos negativos en la salud o el bienestar de las personas”.
Entre las principales fuentes de ruido en el Valle de Aburrá destacan el tráfico vehicular, el metro, los aviones, la actividad industrial y los lugares de ocio.