La Secretaria de Comunicaciones de la Alcaldía de Medellín, Adriana Karina Garnica Villalobos, al parecer estaría promoviendo un matoneo digital en contra de sectores políticos en la ciudad, y presuntamente sería responsable de replicar mensajes con aparente violencia política desde redes sociales que confunden al ciudadano, ya que no se sabe si son personales o institucionales.
Por esa razón, contactamos a la funcionaria para saber si la cuenta X que utiliza actualmente es institucional o personal, dado que no es claro este rol en la cuenta que utiliza para promover los logros del alcalde, pero también para desprestigiar a sus opositores.
En ella se presenta como funcionaria de la administración, resaltando su cargo y utilizando la imagen institucional del actual gobierno, sin aclarar si los mensajes allí difundidos son personales o institucionales, lo cual podría confundir a la ciudadanía.
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Contactamos a la funcionaria desde HACE UNA SEMANA para que nos aclarara el rol de esta red social, pero no respondió a dos interrogantes que buscaban saber si era o no una red institucional. Pasaron los días y la funcionaria no dio respuesta.
En el artículo doce de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en el once de la Convención Americana de Derechos Humanos, se defienden la honra y la reputación en el plano internacional. En el artículo 17 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, se establece que “Nadie será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra y reputación…”.
En Colombia, la Carta Política protege el derecho a la honra, estableciendo su garantía y reconociendo también que “las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las personas en su vida, honra, bienes, creencias y demás derechos y libertades”.
Se espera que los funcionarios públicos, y en especial los de Medellín, dadas las promesas de campaña del alcalde Federico Gutiérrez, sean transparentes al momento de publicar información, se abstengan de utilizar las plataformas institucionales para fines políticos o electorales, y respondan por las publicaciones en las plataformas digitales que realizan. Deben ser transparentes al momento de publicar información, evitando la difusión de contenidos falsos o engañosos, bajo pena de verse involucrados en investigaciones de tipo disciplinario o penal.
La cuenta X de la funcionaria se encuentra brandeada con los logos de la Alcaldía de Medellín y en esta se identifica como Secretaria de Comunicaciones. Tampoco aclara que se trata de opiniones personales, es decir, utiliza el cargo para presentarse. Al leer el contenido que comparte, se encuentran mensajes con información institucional y otra inconclusa que ataca a sectores políticos distintos a los de su bandera “Creemos”, el fallido movimiento del alcalde de la ciudad que perdió la personería jurídica en el Consejo Nacional Electoral.
“Se cayeron estos volantes de la primera línea que fueron a agredir e insultar a @FicoGutierrez. Ya sabemos a quién le hicieron el mandado”. Este es uno de los mensajes que publica la funcionaria, acompañado de una imagen del concejal de Medellín, José Luis Marín.
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La Secretaria de Comunicaciones del alcalde de Medellín incluso publica en sus redes sociales mensajes violentos, en los que se leen frases como “matar al Trump”, que algunos podrían llevar por dentro. El texto, que replica en su cuenta X, está acompañado de una imagen que se asemeja a la del expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, señalándolo de “machista, clasista, xenófobo, fascista, homofóbico y pendejo”.
La funcionaria también habría utilizado las redes sociales para señalar y desacreditar a cabildantes de Medellín, con mensajes publicados en época electoral que, ahora como Secretaria de Comunicaciones, mantiene en la cuenta que, al parecer, es institucional.
Serán las autoridades pertinentes quienes determinen si el actuar de la funcionaria hace parte de su libre derecho a opinar. Sin embargo, la Corte ya ha sido clara en que las cuentas institucionales no pueden ser utilizadas con réditos políticos, así como tampoco los funcionarios pueden hacer uso de la imagen institucional del empleador para confundir a los ciudadanos en sus cuentas personales. ¡Amanecerá y veremos!
