Madrid, 30 oct (EFE).- Eduardo Campoy, productor de «La niña de tus ojos», «El perro del hortelano» o «La teta y la luna» y que en diciembre recibirá la Medalla de Oro de los Premios Forqué por su trayectoria, asegura que el cine español es el que ha salido peor parado de la pandemia.
«Hemos malacostumbrado al público a que el cine español lo puede ver en casa, como ve las series», ha dicho en una entrevista con EFE en la que ha resaltado que el cambio de condiciones del mercado tras el covid-19 ha hecho que los espectadores solo vayan a las salas «a ver el evento».
«El cine español está sufriendo más que cualquier cinematografía, quitando las películas que tienen un gran apoyo publicitario», ha agregado el productor, que desde la compañía Álamo, bajo el paraguas del grupo Secuoya, sigue produciendo a un ritmo de cuatro películas al año, entre ellas éxitos de taquilla como «El mejor verano de mi vida» (2018) o «Superagente Mackey» (2020).
Campoy (León, 1955) recuerda que cuando estrenó «A solas contigo» (1990), que también dirigió, con Victoria Abril e Imanol Arias, permaneció 18 semanas en cartel en el Cine Avenida de la Gran Vía madrileña. «Hoy eso es impensable», subraya.
Era una época en la que «no había nadie en España que quisiera pagar por ver la televisión», mientras que ahora «hay demasiado público para la televisión de pago», agrega y ofrece datos: ni Canal Plus ni Vía Digital en su día consiguieron romper la barrera de tres millones de hogares, ahora no hay menos de 20 millones de hogares pagando por la televisión.
Eduardo Campoy: una trayectoria desde la base a la cúspide
La trayectoria de Campoy abarca un buen pedazo de la historia del cine y la televisión españolas recientes, ya que también fue pionero en el «boom» de las series con «Los ladrones van a la oficina» (1993-96), a la que siguieron «La casa de los líos» o «Aladina» hasta «Supernormal».
En más de 40 años ha producido casi un centenar de largometrajes que han ganado 20 premios Goya junto a directores como Agustín Díaz Yanes, Antonio Giménez Rico, Eloy de la iglesia, Fernando Trueba, Imanol Uribe, Enrique Urbizu, Pilar Miró o Vicente Aranda, entre otros.
Él hace hincapié en que su carrera empezó mucho antes como técnico de cine. Iba para piloto aéreo, pero la miopía frustró sus planes y se matriculó en Ciencias de la Imagen en la Complutense para dedicarse a lo que era su afición desde el colegio, donde hacía cortos en Súper 8.
Su primer rodaje, como meritorio, fue «Un hombre, una ciudad» (1979) de Joaquín Hidalgo. A partir de ahí empezó a saltar de película en película, como auxiliar de dirección y como script, en la productora de Antonio Cuevas y de Manolo Summers o junto a Mariano Ozores.
Para su primer largometraje, que dirigió y produjo, «Copia cero» (1982) convenció a Fernando Fernán Gómez para que lo protagonizara. Y aunque dirigió otras tres películas más que funcionaron bien, finalmente la producción se impuso.
«Me di cuenta de que para dirigir necesitaba dedicarle un año y medio de mi vida solo a eso, mientras que podía producir cuatro al año», razona. «Además, una vez que montas una productora la tienes que dar de comer, no podía cerrarla para dirigir una película».
De «La Niña de Tus Ojos» a «Fausto 5.0»
De «La niña de tus ojos» recuerda que costó casi siete años sacarla adelante y que se la ofreció inicialmente a Vicente Aranda, quien la rechazó. Entonces era la historia de dos guionista desconocidos y ya con la llegada de Fernando Trueba se sumarían Rafael Azcona y David Trueba.
También estuvo a punto de no hacerse «El perro del hortelano», recuerda. «Se paró en medio del rodaje, Andrés Vicente Gómez y Enrique Cerezo nos instaron para que ayudáramos a terminarla y ahí nos fajamos y luego fue el éxito que fue».
Otras veces las cosas no salen tan bien, como con «Fausto 5.0» (2001). «En aquel momento La Fura del Baus era el espectáculo teatral más importante de este país y querían hacer esa película», señala. «La hicimos con un gran riesgo (…) y perdimos cien millones de pesetas, pero le tenemos cariño igual».
Contra un sistema de ayudas nefasto
Al hablar del actual sistema de ayudas directas al cine, Campoy no se anda con rodeos: «es nefasto», dice. «Privilegia a 10 o 12 productoras que siempre tienen los puntos y penaliza a otras que, por muy bien armado que tengan el proyecto, no puedan acceder a ellas».
El ejemplo, afirma, lo tiene en casa. «Hemos producido catorce películas en los últimos cuatro años y medio, trece de ellas sin ayuda del ICAA. Y como me pasa a mí, les pasa a Enrique Cerezo, a César Benítez, a Andrés Vicente Gómez, a muchísimos productores de este país».
Su postura, precisa, es bien conocida dentro de la industria. Aboga por volver, con algunas modificaciones, al sistema vigente antes de 2016 aunque reconoce que «en el fondo, todo cambia si hay dinero».
«Repartir la miseria es muy difícil, estamos a una quinta parte de lo que se ayuda en Francia, a una cuarta parte de Italia y un tercio de Alemania», denuncia. «A lo mejor con 30 o 50 millones más, podía funcionar». EFE