Después de más de un año de pandemia, en el que se ha reiterado la importancia de los protocolos de bioseguridad para minimizar el riesgo de contagio de covid-19, es más evidente la presencia de fatiga de precaución en la sociedad.
«Este fenómeno provoca conductas de riesgo frente al virus, como relajarse y hacer caso omiso o incorrecto de las medidas de prevención, debido al cansancio emocional que generan las mismas circunstancias», indicó Nubia Bautista, subdirectora de Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud y Protección Social.
Agregó que la omisión o insensibilidad frente a las advertencias es producto del agotamiento cognitivo y afectivo en relación con la situación de pandemia; sin embargo, el riesgo sigue latente, por lo que las medidas de autocuidado deben mantenerse de manera estricta.
Ignorar las orientaciones de prevención, sumado a la aparición de variantes de mayor transmisibilidad, incide en las cifras de contagios y fallecimientos que se registran en el tercer pico por el que atraviesa el país.
Una manera de vencer la fatiga de precaución es asumir estas medidas como hábitos e integrarlas a la vida cotidiana con una actitud favorable, comprendiendo que, aunque pueden resultar incómodas o demandantes, son claves para el cuidado propio y de otros.
Para facilitar este proceso de asimilación y adaptación de las medidas de bioseguridad es importante «priorizar eventos que brinden sensación de fortaleza física y emocional, como ejercitarse, alimentarse bien y establecer metas alcanzables», apuntó la funcionaria.
También, es necesario dormir lo suficiente, de acuerdo con la edad, consumir abundante agua y evitar el consumo de bebidas alcohólicas, entre otras sustancias. «Los adolescentes y jóvenes son los más propensos a sentir fatiga de precaución, porque además del impacto psicosocial que ha tenido la pandemia sobre ellos, se sienten en menor riesgo por la corta edad, pero en este tercer pico se han visto bastante afectados».
Bautista explicó que este comportamiento puede relacionarse con la teoría del déficit de autocuidado, que consiste en que las personas tienen dificultad para emitir juicios sobre su salud; pero aclaró que, «este déficit no puede ser considerado un problema de salud mental, sino que refleja otro patrón de conducta exacerbada en algunas personas cuando se les exigen incorporar cambios y rutinas culturales, como es el uso permanente y correcto del tapabocas».
Recomendaciones
La experta en salud mental reiteró que se debe propender por la protección de la salud integral de las personas, dentro y fuera de los hogares, aún si ya algunos miembros del hogar se encuentran vacunados, por lo que entregó recomendaciones para evitar fatiga de precaución:
- Céntrese en el tiempo inmediato y en sus nuevas rutinas.
- Tome decisiones contemplando el impacto que puede tener para sí mismo y para los demás.
- Mida el riesgo y los beneficios de sus decisiones.
- Contemple el altruismo como uno de los valores de su vida para convertirlo en un hábito.
- Si siente malestar emocional puede comunicarse con la Línea 192 opción 4.