Por. Luis Gustavo Moreno Rivera
En Cartagena “aun que es una zona turística, al parecer la delincuencia ha venido tomando control de las zonas y casi el 80 por ciento de los ciudadanos creen que hay una inseguridad desbordada. Bucaramanga, la ciudad bonita de Colombia tiene un 79,2, por ciento de precepción de inseguridad por el aumento de los atracos callejeros y el robo de vehículos. Villavicencio, la capital del Meta creció 20 puntos porcentuales y tuvo un 72,1 por ciento de precepción de inseguridad. En el llano hay preocupación por las extorciones. Cali, el 83,8 por ciento tiene miedo de salir a las calles por las bandas que se han dedicado al hurto en diferentes modalidades. Bogotá, en la capital en donde más se sienten inseguros los habitantes, un 84,1 por ciento vive con temor y es la ciudad donde más se comenten diferentes tipos de delitos. Es donde más se roban bicicletas”. Todo esto sin mencionar otras ciudades capitales de departamentos como Barranquilla. Tenemos sin duda una Colombia insegura.
Ahora bien, según publicación realizada por la revista Alternativa: “en el centro penitenciario regional de Alta Seguridad de Cómbita. Esta localizado a media hora de Tunja. Entro en funcionamiento ya un poco más de 20 años con la firma intención de convertirlo en una cárcel de máxima seguridad, donde llegarían los reclusos más peligrosos del país, entre ellos los jefes de las organizaciones criminales del narcotráfico y el paramilitarismo. En sus instalaciones están recluidos entre otros, los jefes de la temible banda “la oficina de envigado”, que ha manejado una poderosa red criminal y ha sido el brazo armado de las organizaciones dedicadas al narcotráfico.
La oficina, como también se le conoce, ha mantenido su centro de operaciones en la ciudad de Medellín. Uno de sus jefes máximos en tiempos de pablo escobar fue Diego Fernando Murillo, alias Don Berna, preso hoy en los EE.UU, donde paga una condena. Este brazo armado de la mafia ha sido un factor determinante de violencia en las calles de Medellín. Con tasas de homicidios que han superado la cifra de los mil muertos. En un solo fin de semana la mafia ha llegado a cobrar la vida de más de 30 personas por día, especialmente en barrios populares de la ciudad.
La revista alternativa “ha logrado reconstruir la ruta de la propuesta de la “paz total” de los jefes de las organizaciones criminales que pretende alcanzar desde sus celdas con el gobierno de Gustavo Petro. El punto de partida es un documento de 8 páginas, escrito a mano y firmado em febrero 7 de 2020 en la cárcel de combita por 4 poderosos jefes de esas organizaciones criminales. Documento, que posteriormente ha circulado por los pabellones de máxima de las principales cárceles del país. Ese escrito ha sido la matriz de la propuesta que han ido perfeccionando los abogados de los narcos. El manuscrito de Cómbita del 2020 tuvo su origen en un hecho, los jefes de la “oficina” que estaban presos tenían una enorme preocupación por la información que recibían de sus subalternos en el sentido que el Clan del Golfo quería apoderarse del negocio del expendio de drogas y ajuste de cuentas en las calles de Medellín. Eso iba a escalar la guerra y querían evitar ese enfrentamiento. Pero, además a los presos en Combita es les abrió otra oportunidad que fue discutida y analizada en varias reuniones al interior del penal. Que esa propuesta de paz para Medellín trascendiera fronteras, y se convirtiera en una propuesta a nivel nacional que debería ser dirigida al Gobierno Nacional en cabeza de Iván Duque. Los narcos y los abogados apostaron por una carta mayor y enviaron señales al hoy excomicionado de paz, Miguel Ceballos, pero no encontraron una respuesta que les permitiera pensar que podían comenzar a recorrer un camino con el gobierno de Duque. El documento deja claro la misión, que es detener los delitos que consideraron de alto impacto en Medellín y su área metropolitana mediante pactos entre estructuras armadas con una mesa única donde confluyeran los cabecillas de todos los grupos de delincuencia organizada, garantizando de antemano que todos tendrían que hacer caso a lo pactado y que no habría disidentes del proceso de diálogo y de las leyes de acogimiento que nacieran gracias a la negociación.
Es necesario que el congreso obre en consecuencia con las necesidades propias del país. Como lo referimos la semana pasada, el gobierno nacional con el intento de la ley de “sometimiento de bandas criminales”, busca algo parecido a lo hecho por los Estado Unidos en su sistema judicial, pero muchos por ignorancia o por temor a esas delaciones se oponen a este modelo pragmático de administración de justicia. Hemos tratado de copiar su sistema judicial introduciendo muchas reformas, lo cierto es que nuestro sistema está en estado crítico y muy lejos del modelo norte americano. (modelo que se trató de implantar con la aparición de la ley 906 de 2004). No olvidemos que hoy en día narcotraficantes colombianos en los EE. UU. recuperan su libertad casi de forma inmediata, se quedan con parte de su fortuna, e incluso pueden y deciden permanecer y vivir en ese país., todo esto dentro de un marco de justicia negociada de la Criminal law. Este tipo de Cooperación ha impactado positivamente en investigaciones colombianas que no avanzarían, sino no es por la información entregada por las agencias norte americanas. Insistimos que el Estado debería mantener el equilibrio social, relacionarse con la resolución de conflictos, pero hoy además el Estado debe ser concebido como gestor e implementar políticas que alivien la crisis en la que estamos sumidos.
La fuerza pública como el ente investigador son insuficientes frente a la realidad que hoy vive el país, se hace necesario explorar otras formas de combatir la criminalidad como los ha hecho por muchos años el gobierno de los EE.UU.
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